Cap 88

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El sonido de la aparición paso desapercibido por el crisis de los árboles, el aullido o chillido de las criaturas que habitaban el bosque. Comenzó a reír al ver cómo Nevan.

Algunos fantasmas los miraban en un intento de reconocer a los pequeños que una vez ingresaron a aquella escuela. Los cuadros los saludaron con inclinaciones o aplausos. Justo al pasar por la gran puerta una voz los asustó a muerto, teniendo cada parte de su cuerpo.

-¡Quienes son!- Eris jamás creyó decir que se alegraba de ver a Filch, sonrió sin percatarse de eso -¡Son de los que me hacían trabajar de más!-

No sabían que responder, Filch se acercaba molesto.

-¡Argus deja de acosar a los invitados!- Albus Dumbledore caminaba con aquella sonrisa amable, su ropa llamativa no pasaba para nada desapercibida en las paredes aburridas del castillo. Les extendió algunos dulces a la pareja que lo miraban atentamente -¡Bienvenidos!- levanto las manos aplaudiendo, no tuvieron tiempo de decir nada cuando su mano tomó la de ellos casi arrastrandolos por una puerta que no habían visto -Llegan justo a tiempo- les guiño un ojo. La peliblanca no tuvo tiempo de saludar, pero algo que no paso desapercibido fue ver aquel gesto en el director. Se miraba confundido y preocupado.

Eris sintió como si ese mago podía atravesar cualquier magia y ver su verdadero ser. Trato de tomar la manga de su ropa, quería hablar. Recordó las palabras que había dicho aquella vez, tenía la necesidad de disculparse.

-¿Eris?- salió de sus pensamientos al ver a Nevan esperandola. Estaban en un pasillo que daba directamente al gran comedor.

-Lo siento, me gustaría ver los pasillos, los cuadros y el lago- suspiro al tomar su mano.  -¿Me pregunto si ellos estarán por ahí?-

-Alice y Elliot fueron tus mejores amigos- tocó su brazo en un gesto de consuelo, levanto su cabeza hasta mirar aquella gris -Demuestrales que aquella Eris pudo formar su camino-

El director miraba atentamente a la inesperada pareja. A su lado la profesora McGonagall miraba que ningún estudiante hiciera algo que dejará en mal la escuela. Sintió su corazón llenarse al ver a la futura generación en brazos de quienes alguna vez fueron sus estudiantes.
Vio un mancha blanca caminar por los pasillos, parpadeando enfocó su mirada cansada.

Se llevó una mano a la boca al ver a la ahora mujer junto a ese encantador hombre. Inmediatamente busco la mirada del director, este ya la miraba con una sonrisa verdadera.

-Hay que darle espacio Minerva- la tomó del brazo alejandola de la bruja -Ella no se ha olvidado de su maestra favorita-

Afuera en los jardines un mago muy molesto miraba atentamente una piedra, el sonido de una rama romperse lo volvió en si. Liana caminaba con su ostentoso vestido, al verlo sonrió.

-Te busque por un tiempo- se acercó hasta pegar hombro con hombro, Severus no se movió. La pelirroja se sintió un poco mal, el pelinegro la ignoraba siempre que podía. -Me gusta mucho el piano- menciono al azar.

-El señor tenebroso se sentirá molesto cuando le menciones que varios magos en ese salon tienen hijos- comenzo a alejarse.

Liana en su frustración lo tomó de la manga del traje. Rápidamente Severus sacudió la mano para soltarse de su toque.

-¿No te hubiera gustado ir con tus padres a la fiesta?- sonrió al verlo molesto, se acercó tomando su brazo -Perdón tu padre era muggle-

El pelinegro la tomó de los hombros, al observar su rostro vio un brillo extraño en su mirada.

-¡No diga tonterias!-

-¿Fuiste a reconocer sus cuerpos?- sabia que era muy arriesgado cada palabra que usaba, después de todo Snape era un mortífago. Se separó lo suficiente para sacar aquel archivo -¿No crees que fue muy sospechosa su muerte?-

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