El dios Quetzalcoatl detuvo el conflicto. Aquello no lucía bien para Rafael, pero no había trampa en herir a un ángel, solo no sabían que fuera posible.
- Por ahora todos vayan a su descanso y a realizar sus tareas pendientes... - dijo la serpiente
El ave dorada cargó a algunos sobre su espalda, mientras la víbora sujetó con su larga cola al resto de los heridos, abriendo una brecha para regresar a su dimensión. Al irse los ángeles y desparecer en la distancia creo un silencio nervioso. Los demonios empezaron a festejar euforicos por su victoria sobre los celestes, habían perdido muchos pecadores, especialmente perezosos, sin embargo era la primera vez que les causaban dolor a los engreídos mensajeros del cielo. Podían estar heridos y agotados, aunque eso no les quitaba su alegría, quien cayó agotado fu Merlín, a quien de inmediato fue a ver Lucifer, mientras que Asmodeo tomó su forma humana y se dirigió a su visita con su amada. No estaba muy bien, aunque nada grave, solo lesiones superficiales y golpes. Ya era de madrugada cuando entró a la casa, a esa hora eran más activos los pequeños, en la mañana prácticamente solo dormían. Orihime no había notado fenómeno porque en el infierno no hay día o noche. La pelirroja se asustó un poco al ver lastimado al ojiverde, fue hacia él con la más pequeña en brazos, los otros dos se aferraron a las piernas de su padre.
- ¿Joven Ulquiorra? ¿Está bien? - dijo preocupada la chica
- Tan bien cómo puede estar un hombre en una guerra... Pero no te preocupes, no es serio, lo único que me motiva son ustedes... - dijo serio el de alas negras abrazando a su familia
- No me gusta verlo así... - dijo llorando la esposa
- Es por su bien, piensa en eso... Además, dime mujer, ¿cómo te fue con Merlín y mis dos vagos hijos? - dijo el caballero
Eso no hizo sentir mejor a la universitaria, pero la logró distraer. Con una sonrisa le comenzó a contar su peculiar día, el pelinegro jugaba con los bebés, no sonreía, pero así era su personalidad. Con un beso se despidió de sus hijos y su esposa.
- Vendré después. No dejes que ese par se aproveche... y en cuanto a Merlín... no lo conozco lo suficiente... Así que lo mejor es no hablar demasiado con él... Algo más... En los próximos días podrían venir a visitarte algunos amigos de la escuela... Debes controlar tus emociones, recuerda que eres bruja, puedes hacer cosas que ellos no entiendan... eso incluye a nuestros hijos... solo Noel parece una niña recién nacida... sin contar que tienen alas y una cola... Así que debes tener cuidado de que no los vean, o que nuestros niños parezcan humanos... - dijo el demonio antes de desaparecer
Inoue sólo suspiró, no había pasado más que unas horas con su amado. Ahora debía dormir un poco antes de ir a trabajar. Hasta ahora notaba que sin pedirlo, ni esfuerzo en su entrevista había logrado obtener el empleo de auxiliar en el centro de investigación de murciélagos. No entendía las influencias de su marido o sus hermanos para lograr dichas proesas. En el infierno los demonios superiores eran atendidos por sus subordinados u otros señores. Entre ellos estaba Merlín, quien apenas podía moverse, el mismo Samael era quien lo cuidaba, pero las actividades no se detenían. Eso incluye el cielo, dónde Rafael era atendido por su hermano Zariel.
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El vampiro en mi pecho
FanfictionInoue Orihime es una reservada estudiante de biología. Kurosaki Ichigo es un sacerdote exorcista. Y Ulquiorra Ciffer es uno de los demonios más poderosos del infierno. ¿Qué puede salir mal? Eso es lo que cuenta está historia.