Escribe para mí

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El doppelganger observa cómo se va Francis a repartir leche a los otros edificios y sin poder acompañarlo. Se deprime por eso, pero debe mostrarse obediente.

Para pasar el tiempo empieza a explorar la casa, mira las pocas habitaciones viendo las cosas que hay, encontrando cuadros escondidos con fotos de Francis, su ex y su hija debajo de la cama.

Lo conmueve, le recuerda con brevedad porque hace esto y decide dejar de hurgar, sin embargo, va a la cocina buscando algún aperitivo.

No hay nada que le llame la atención, pero visualiza la alacena, se acerca arrodillándose y empieza a buscar algo de comer.

Ve poco por la oscuridad, por lo que se mete más. Investiga, pero por más que lo hace no hay nada de interés. Se rinde y se decide por mejor esperar a Francis.

Contra todo pronóstico, su cuerpo es muy ancho para salir, entra en pánico, pues no quería meterse en problemas tan pronto.

Hace el esfuerzo por salir; sin embargo, no es posible, se queda ahí esperando que llegue Francis para ayudarlo. Pasan las horas y al fin regresa, le pide auxilio en su idioma.

—¡Hoon hoon hoon hoon!— Le grita mientras se mueve entre desesperación —¿Qué carajos? De todas las cosas... ¿Cómo demonios has terminado atorado en la alacena?—

Francis se acerca a asistirlo, lo sostiene de sus caderas para empezar a sacarlo de ahí, hace fuerza y mucho esfuerzo hasta que sale.

—¡Uf! No vuelvas a hacer eso, está claro que no cabes ahí... ¿Q-qué estás comiendo?—

El doppelganger se levanta del suelo con un paquete de sopa en las manos que se come cruda, se da la vuelta para ver al lechero con cara inocente.

—¡Hoon hoon! ¿Hoon hoon hoon?— Cuestiona a Francis, pues, no entiende que tiene de malo —Ugh, eres tan desvergonzado... Esa sopa sin cocinar—

El doppelganger lo mira apático sin darle importancia, solo le gusta el sabor crujiente de la comida.

—Mh... Debes tener hambre, llevas horas ahí—

El doble se emociona, ya que tiene hambre y quiere ingerir algo, no es de extrañar considerando que ha estado atrapado en la alacena al menos unas dos horas.

Después de darse cuenta de eso, Francis comienza a sentirse mal por dejarlo solo por tanto tiempo.

—Hm... Haré algo de comer, solo espera un momento. Y... Deja de comerte eso— Dice mientras le quita el empaque de sopa de las manos.

El doppelganger al ver que lo despojan de su comida, se pone furioso, mostrando por un instante unos afilados dientes y haciendo un siseo similar a los gatos. Sus manos pasan a ser verdes con afiladas uñas y mira con odio a Francis

—¡HOON!— Exclama haciendo un claro berrinche por eso —¡Whoaah, cálmate, solo te estoy quitando algo que no deberías estar comiendo!— Le responde el lechero con cierto temor.

—¡Hoon hoon hoon hoon hoon!— Mientras sigue gritando con euforia, su espalda se curva, pareciendo que crece un poco y continúa con su berrinche.

Sin embargo, Francis por miedo de verlo así, decide darle la sopa en un instante sin titubear.

—¡A-ah! ¡Está bien, toma!— Le entrega la comida en las manos y suspira al ver que eso lo hace calmarse.

El doppelganger al ver de nuevo el paquete en su posesión, se relaja, volviendo a su forma normal y mostrándose feliz por eso.

—Hoon hoon...— Continúa masticando la sopa cruda de lo más tranquilo.

—Uf, parece que no te gusta que te quiten la comida...— Se retira de ahí para irse a preparar la cena

Tan travieso y dócil | Francis X HoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora