DOS ALMAS Y UN SUEÑO
HAY POCAS VECES EN LA VIDA, EN QUE SE CRUZAN
dos almas. Es que si te pones a
pensar amor mío, la gente se encuentra, se
desencuentra, se hacen el amor, y hasta de
vez en cuando se quieren; eso pasa todos los
días.
¿Pero cuantas veces tu alma se cruza con
otra? Y no estamos hablando de otra
cualquiera, pero esa que reconoce tu alma,
esa que perdura, que la alimenta. Que
seencuentra con tu alma en un sueño y se
abrazan y se dicen cosas, y hasta se hablan
de otras vidas. Vidas en las que vivieron
viviendo, juntas. Bajo la misma piel. Bajo el
mismo cielo. Respirando el aire del mismo
amor.
Y todo esto no te lo digo porque sepa mucho
de almas, porque de almas no se nada, sino
porque en un sueño vi que tu alma y la mía
estaban ahí, abrazadas; y al acercarme
despacito, tristemente me di cuenta que
lloraban por nosotros. Si. Como si se
estuvieran despidiendo. Como si estuvieran
muriendo de a poco. Como si tuvieran la
certeza que no se volverían a ver hasta el
día en que se encontraran de nuevo, en los
ojos de otros, en los labios de otras bocas, en
la vida de otras vidas.
Y cuando sentí unas lágrimas frías correr
por mis mejillas, no sabía si realmente eran
las mías, si era mío ese sueño, si era yo el
que dormido observaba esa tragedia. Quizás
fue el ruido de la lluvia que golpeaba las
ventanas el que finalmente me despertó.
Y eso es todo lo que recuerdo. Por eso te lo
cuento. Nada más. Es que si nuestras almas
no terminan juntas en esta vida, algún día,
en algún momento; más que una pesadilla,
más que un sacrilegio amor, eso sería
rompernos el alma. Y el alma hay que
quererla mi vida. Hay que quererla así,
como yo te quiero.