𝐏𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 || KokuDou [Bl] [Libro 2]

➽Paternidad; Contracciones + romper fuente + trabajo de parto.

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Muzan camina lentamente por aquellos pasajes de madera, la cuál son iluminadas elegantemente por linternas que poseen flores de loto, es un paisaje único y limpió, la luna está en su máximo explendor, a su costado, douma camina con dificultad, hace unos momentos que lo ha visto algo inquieto.

Kokushibo había ido junto a akaza en busca de cobijas nuevas y futones nuevos. La finca de kokushibo volverá a tener vida, por lo tanto el de rayas azules pidió está vez acompañar y de paso calarse en la vivienda.

─ A-ah...

Gimoteo douma, curveandose sobre si mismo y tomando bocanadas de aire. Haciendo que muzan se girase y acudiera al inferior.

─ ¿Que sucedió?.

─ N-nada amo muzan. S-solo fue una patada, ah, me dolió...un poco. ─comentó douma, volviendo a su antigua posición y relajarse sutilmente, haciendo que muzan desconfiara un momento, visualizo al rubio fijamente, sin encontrar rastros de algo extraño.

─ Seguro fue repentino.

─ S-si, lo siento.

─ Si te sientes mal, dímelo, así iremos a tu cuarto y descansas, no debías caminar ahora, menos en esta condición.

Si, ya había terminado el mes de junio, por lo cuál ahora estaban en la tercera semana de julio, muy cerca del parto. Esta vez muzan acompañaba al menor debido a que percibió que no estaría quieto, se le notaba incómodo y algo nervioso.

─ S-si, lo siento...

Volvieron a retomar el paseo, pero muzan escuchaba los constantes latidos del menor, tan rápido que lo inquieto levemente. Fugazmente recordó a cuando iba ser padre...

─ V-vamos amores, estén tranquilos...

Muzan miro sutilmente al rubio, caminaba con la cabeza baja y acariciaba suavemente el vientre abultado, se veía cansado y fatigado, estaba por decirle a nakime que los llevará a la habitación cuando volvió a escuchar un gemido de dolor, se acercó y vio la cara roja del menor, sudaba y respiraba aceleradamente, incluso sus manos temblaban.

─ ¡Douma!, es todo, vamos a tu habitación. No estás en condiciones de caminar. ─habló seriamente el oji rubí, le informo a nakime y está rápidamente los llevo a la habitación.

El rubio jadeó ruidosamente, muzan con rapidez tomo un futón grande y lo extendió, donde luego recostó al rubio, quién gemía dolorosamente, sudaba y respiraba con dolor.

─ Está bien, está bien. Respira profundamente. ─comentó muzan, fue en busca de un cuenco con agua y una tela corta para mojar─. Tranquilo, tranquilo, es normal.

─ A-ah, p-pero, a-ahora si duele. ─gruño bajo douma, frunciendo el ceño y soportando una leve contracción. Seguido abrió sus ojos asustado, sintiendo la humedad abundar en su pelvis y piernas.

Muzan miro confundido al rubio, pues se quedó repentinamente callado, visualizo las piernas del menor. El yukata estaba mojado...

─ A-ah...¿Q-qué está pasando?. ─pregunto douma, con mucho pánico, se quiso levantar pero el oji rubí se lo impidió.

─ Tranquilo, estás entrando en labor de parto, dolerá, pero deberás prepararte. ¿Bien?, cuidare de ti.

─ ¿Y-y kokushibo...?.

─ No tardará en llegar. Tranquilo, respira profundamente.

Douma sollozo, gruño bajo debido a una patada de sus hijos. Paseo con dolor su mano sobre el vientre abultado aún, muzan lo limpiaba y se aseguraba que nadie rondará.

─ Le he dicho a hantengu que prepare una pequeña habitación...

─ T-tengo miedo...¿Y-y si lo hago mal?. ¡Aah!. ─el rubio se retorció nuevamente, unas lágrimas se desplazaron por sus mejillas.

¡Cómo dolía!, apenas estaba empezando.

─ Descuida. Lo harás bien. ─sonrió amablemente el peli negro, causando una leve impresión en el rubio. Debido a que también recibió una amable caricia, dándole confianza suficiente para poder tener algo de calma.

Cuándo el oji rubí buscó ropas nuevas y lo guardo en un canasto. Esté alzó al rubio, con las ropas mojadas, no le dio importancia y en un abrir y cerrar de ojos su cuerpo caía en el enorme vacío de la fortaleza infinita, el rubio gimoteo algo asustado, ya que esta vez si se impresionó. Muzan lo vio levemente, con su rapidez, puso en seguridad al rubio, quién aún se retorcía del dolor, hantengu llegó junto a gyokko, quien veía impresionado lo que pasaba.

─ ¡¿Que le ocurre douma-dono?!. ─cuestionó gyokko, observando a su amo dirigirse al cuarto.

Douma frunció el ceño ante el dolor y la pregunta tan estúpida por parte de su inferior, pero respiró profundamente, intentando calmar con esa exhalación su dolor agudo.

─ Rápido, busquen agua limpia. ─demandó muzan, recostando en el futón a douma, quién solto un gemido nuevamente de dolor.

─ P-pero... ─dudo levemente gyokko.

─ ¡MIERDA!. ¡Solo haz lo que te dicen!. ─grito douma, sollozando nuevamente por sentir un agudo dolor, se retorció y muzan lo atendió nuevamente.

El peli morado simplemente se retiró y busco rápidamente agua, hantengu se había paralizado al ver todo lo que sucedía. Luego comenzaron a llegar las demás lunas (tanto superiores como inferiores).

─ ¿Y kokushibo - sama?. ─pregunto gyutaro hacia gyokko.

─ N-no estaba, así que muzan - sama ha estado con douma - dono...

─ ¿Por qué grita tanto la luna superior dos?. ─preguntó rui.

Todos se callaron, en especial los superiores, los inferiores nunca habían convivido con los superiores, por lo cuál estaban desinformados.

Un grito agudo salió del cuarto. Muzan había retirado la ropa del rubio, quién jadeaba del dolor aún.

─ Douma, aún no estás dilatado, debes estar levemente tranquilo, se que es tu primera vez, pero necesito que te calmes un poco, así tu cuerpo puede lubricar mejor. ─finalizó el oji rubí.

─ ¡Pero hago lo que puedo, aagh!. ─grito douma, apretando el futón, arqueando su espalda con dolor, su cadera se adormeció levemente luego de ese agudo dolor─. A-ah, ah...

─ Lo sé. Pero debes respirar y exhalar.

Douma inició con lo pedido, sentía pequeños movimientos en su vientre bajo, patadas, contracciones y principalmente dolor. Muzan se levantó y busco entre sus lunas al más indicado para ayudar también en aquél labor. Gyutaro fue el elegido...

─ Limpia la frente.

Gyutaro acató la orden, limpió con cuidado la frente sudorosa del rubio, quién gemía agudamente. Repentinamente, el biwa sonó, dejando entrar ahora a los dos restantes demonios...

─ Douma.

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