LLÁMAME

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Mientras estacionaba en el camino de entrada, recogí todas mis cosas y entré. Fui recibida por mí papá en el sofá.

-Llegas temprano a casa -comente con un tono feliz y deje las bolsas.

-No me sentía bien, por cierto, ¿puedes recoger algo de mi medicina más tarde? -preguntó mientras veía las noticias.

-Por supuesto -regrese para cerrar la puerta y poner los artículos en su lugar.

El tiempo pasó y mi papá se encerró en la habitación, yo también. Estuve pegada a mi silla durante horas, terminando todo mí trabajo y poniéndome al día con los suplementos. Sin embargo, el flujo de trabajo se detuvo cuando me enfrentó a mi ensayo universitario.

Tuve un tiempo horrible para averiguar qué escribir, y mi consejero no fue de ninguna ayuda. Mira, no había nada que me ayudará a sobresalir, ninguna historia de liderazgo o talento, ni siquiera algo de mí identidad en lo que pudieras reflexionar. No se me ocurrió nada, nada real. Cierro mí portátil, y decidí procrastinar haciendo compras online.

Este tiempo pasado consumió aún más del día y ahora era de noche. Bostezando pesadamente, mire la hora y era bastante tarde, mierda, su medicina. Rehago mí cola de caballo y elijo lo primero en mí armario.

Con pantalones de chándal, chancletas y un top corto, me dirijo al auto. Sin embargo, mis acciones se detienen cuando encuentro a Matt acercándose a mí.

-¿Te importa si me uno a ti? -él pregunta y mi corazón palpita ligeramente. Miro hacia atrás a su casa y el auto extranjero todavía está allí, aunque no me moleste en cuestionar eso.

-No voy a ir a un club ni nada loco-le adverti y él se rió entre dientes.

-No me importa, cualquier lugar contigo es mejor, ¿puedo ir o no?

Resople una vez más, observándolo cruzarse de brazos y esperar una respuesta.

-Sí, entra.

Con una sudadera con capucha negra, pantalones cortos y tenis blancos con calcetines, Matt se sienta sobre el asiento de pasajeros y enciendo el auto.

-¿Canción? -pregunto mirando a través de mí teléfono.

-Rage -responde jugando con su cabello, aún sin mirarme. Arqueo una ceja-. De Lil Skies, Princesa -él repite y yo asiento. Nunca he oído hablar de él, pero bueno.

Conducir en la fría noche siempre me hacía sentir en paz por alguna razón, las ventanas ya estaban empañadas por el aire frío. Los dos no hablamos hasta llegar al autoservicio de la farmacia.

-¡Mierda! ¿Hablas en serio? -maldigo por lo bajo, observando la extensa fila de autos que esperan.

-¿No podemos entrar? -sugiere Matt, mirando su teléfono.

-No, la sección de farmacia es solo por drive-thru a esta hora -explico, suspiro y me alineo con el último auto.

-Entonces, ¿de quién es el tratamiento que estamos recogiendo? -pregunta.

-El de mi papá, está enfermo -explico sin rodeos y dejo que el silencio se haga cargo una vez más-. ¿Por qué saliste de tu casa...? -pregunte, casi asustada de que me quemara la cara.

-¿De verdad quieres saber princesa? Puede que no te guste lo que escuches -dice con su voz ronca, sintoma de que se encuentra cansado.

-Y sí, me gustaría saber -respondi, conduciendo un poco hacia adelante ahora que los autos se estaban moviendo.

-No soy exactamente un melocotón de crema con mis hermanos, y hoy no estoy de animos para manejalo.

-¿Entonces estabas peleando con ellos? -completó, volvió a mirarme, y sus orbes cian prácticamente brillaban en la oscuridad del auto.

𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora