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Rutina de Corazones

Wonwoo observó el edificio del gimnasio "Vitality Fit" con una mezcla de resignación y curiosidad. No era un amante del ejercicio; prefería los libros y la tranquilidad de su apartamento. Sin embargo, tras semanas de insistencia de sus amigos sobre los beneficios del ejercicio y la vida social que podría ganar, finalmente cedió. Inhaló profundamente y cruzó la entrada de cristal, decidido a darle una oportunidad.

El interior del gimnasio era más impresionante de lo que había imaginado: máquinas de alta tecnología, una gran sala de pesas, y una sección para clases grupales. Todo se veía brillante y enérgico, a diferencia de su estado de ánimo. Se dirigió a la recepción, sintiéndose un poco abrumado.

–¡Hola! Bienvenido a Vitality Fit. ¿En qué puedo ayudarte?– la voz cálida provenía de un joven alto, con cabello oscuro y una sonrisa que iluminaba su rostro.

–Hola, soy Wonwoo. Es mi primer día aquí–respondió, tratando de no parecer completamente desorientado.

–Soy Mingyu, uno de los entrenadores. ¿Te gustaría un recorrido para familiarizarte con el lugar?– ofreció el joven, con un entusiasmo que era difícil de ignorar.

Wonwoo asintió. –Claro, eso sería genial.-

Mingyu lo guió por el gimnasio, señalando las áreas de máquinas de cardio, pesas y salas para clases como yoga y pilates. A medida que avanzaban, Mingyu explicaba cada sección con pasión, lo que hizo que Wonwoo se sintiera un poco más a gusto.

–Entonces, ¿qué te trae por aquí?– preguntó Mingyu mientras se detenían en la zona de pesas.

–Mis amigos me convencieron de que necesitaba moverme más,– confesó Wonwoo con una sonrisa tímida. –No soy muy fan del ejercicio, pero supongo que vale la pena intentarlo.-

–Es un buen comienzo- dijo Mingyu con una sonrisa alentadora. –Podríamos empezar con algunas sesiones básicas y ver cómo te sientes. Si te gusta, podemos personalizar tu entrenamiento.-

Wonwoo se sintió un poco más aliviado. –Me parece bien. ¿Podemos empezar mañana?–

–Claro, estaré aquí- dijo Mingyu, anotando algunos detalles. –Nos vemos mañana a las cinco.-

•••

El día siguiente, a las cinco en punto, Wonwoo se presentó en el gimnasio. Mingyu ya estaba allí, esperándolo con una expresión acogedora.

–¡Hola, Wonwoo! ¿Listo para tu primera sesión?–saludó Mingyu, su energía tan contagiosa como la primera vez.

–Lo intentaré– respondió Wonwoo, sintiendo un poco de nerviosismo.

Mingyu comenzó la sesión con algunos ejercicios de calentamiento, explicando cada movimiento con detalle. A lo largo de la hora siguiente, mostró una increíble paciencia y habilidad para motivar a Wonwoo. Se aseguraba de corregir su postura y ofrecer palabras de aliento en cada momento.

–Lo estás haciendo bien- dijo Mingyu mientras Wonwoo levantaba unas pesas ligeras. –Recuerda mantener la espalda recta y respirar adecuadamente.-

Cada vez que Mingyu se acercaba para ajustar su postura o guiarlo en un ejercicio, Wonwoo sentía un leve cosquilleo de nervios. Había algo en la presencia de Mingyu que lo hacía querer esforzarse más, no solo para mejorar su estado físico, sino también para impresionar a su entrenador.

•••

En las semanas que siguieron, el gimnasio dejó de ser un lugar intimidante para Wonwoo y se convirtió en un lugar donde encontraba consuelo y motivación, principalmente gracias a Mingyu. Empezaron a desarrollar una rutina: sesiones de entrenamiento seguidas de charlas en la cafetería del gimnasio. Fue en una de estas conversaciones donde Mingyu reveló algo personal.

Heart routine | MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora