II: Un encuentro desafortunado.

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Canción para ambientar el capítulo: this is me trying – Taylor Swift.



Aquella mañana Max no tenía clases, por lo que decidió que la mejor manera de disfrutar su tiempo libre sería durmiendo. La tenue luz primaveral se colaba por la ventana semiabierta, junto a una refrescante brisa que apaciguaba el calor que sentía por la temperatura creciente de la estación.

Despertar así se sentía tan irreal, y de hecho muchas veces pensaba que todo lo que le estaba sucediendo era demasiado bueno para ser verdad. Esta era la vida que siempre había soñado: ser popular en la Universidad, tener admiradoras, una buena relación con su padre en la que respetara (o intentara) su espacio y tener a sus mejores amigos a su lado. Quizás el rendimiento académico dejaba un poco que desear, pero...No se puede tener todo, ¿Verdad?

Lo único que le entristecía un poco era su no tan reciente ruptura con su exnovia, Roxanne. Aquel día fue uno de los peores, y no tanto por el hecho de terminar, sino por la razón tras ello.

Dejar de amar a Roxanne fue demasiado doloroso, dejarla ir fue como entregar un pedazo de su corazón que nunca más volvió, y por supuesto el no volvió a ser el mismo por mucho tiempo.

Pero había, días, como ese, donde la nostalgia entraba en su alma y no lo dejaba en paz. Esta vez se preguntaba si volvería a amar algún día, si sería capaz de hacerlo.


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Luego de unas aburridas clases de trigonometría, Max estaba decidido a volver a casa. Quizás llamaría a su padre para animarse un poco y luego volvería a dormir, pero justo cuando sacaba el móvil del bolsillo, entró una llamada de Bobby. Suspirando con pereza mientras veía en la pantalla el nombre de su amigo, decidió responder. No había querido juntarse con ellos aquel día pues no se sentía con las energías de hacerlo, pero tampoco quería alarmarlos.

No te vimos luego de cla – ses, Max. ¿Dónde te metiste? ¿Fuiste a entrenar?

— No, no. — Respondió el pelinegro mientras se detenía y miraba distraídamente a su alrededor, casualmente. — Es solo que estoy cansado, no sé.

Oh, vamos viejo, ven al café, será solo un momento. Luego puedes descansar.

Max rodó los ojos. Sabía que, si se negaba, más le rogaría el pelirrojo. Con un suspiro, se tomó el puente de la nariz con el índice y el pulgar, casi arrepintiéndose al instante por la respuesta que le daría.

Bien, estaré allá en diez minutos.

Y mientras caminaba hacia el café que frecuentaba con sus amigos suspiraba intentando distraerse y no mostrarse tan raro de repente. Ni siquiera se sentía deprimido, era solo un tipo de extraña soledad que le golpeaba de repente.

Llegando al lugar de encuentro, Max intentó recomponerse, ya adentrándose al bohemio y encantador ambiente de "Bean Scene". El jazz creaba una atmósfera totalmente diferente a cualquier otro local, las paredes oscuras decoradas con algunos cuadros surrealistas, el pequeño escenario y la barista; todo aquello combinaba tan bien que le era bastante cómodo y sin notarlo se convirtió en un lugar seguro y confiable para él y su pequeño grupo de amigos.

Fue PJ quien notó su presencia, elevando su diestra para llamar la atención del pelinegro, haciendo un espacio para él en una de las mesas más cercanas al escenario. Max sonrió ante la seña y se unió prontamente al grupo.

WISH YOU WERE... 『𝗠𝗔𝗫𝗟𝗘𝗬』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora