-Adiós Emmett.
Y colgó. Cubrió su rostro con las manos, avergonzada por el hecho de que Matt la viera llorando y simplemente lloró en silencio. Cuando de pronto sintió las manos de Matt sobre su cara, retirándola las suyas. Tu no hiciste esfuerzo alguno y cuando miró al frente, te encontras con los ojos de Matt que la miraban con preocupación.
-No llores, por favor. Él no merece tus lágrimas- menciona, mientras deslizaba su pulgar por sus mejillas, retirándola las lágrimas.
-Llévame a casa. Por favor- pidió ella.
Matt abrió la boca para decir algo, pero rápidamente la volvió a cerrar. Sacudió la cabeza y asintió.
-Está bien. Vámonos.
Ya habían pasado dos días desde que tu hablaste por última vez con Emmett. Y aunque con cada día que pasaba ella se sentía aún más dolida por el hecho de que le haya sido infiel, no podía negar que en parte agradecía de que estuviera lejos de ella. Así podía estar más tiempo con Matt y disfrutar de su compañía.
Matt sonreía mientras te veía cocinar. Si, definitivamente podría ser la esposa perfecta. Hoy él se encontraba con ella. Desde que tú lo invitó a almorzar en su casa, no lo pensó dos veces y fue.
-¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó Matt con la intención de ayudar.
-Sí. Puedes colocar la mesa, yo terminaré de preparar el almuerzo aquí.
Matt asintió y desapareció por el comedor principal. Tiempo después, ambos se encontraban almorzando juntos y disfrutando de una agradable conversación.
Cuando tu celular comenzó a sonar y se puso de pie para contestar en otro lugar, Matt aprovechó el momento para levantarse y caminar por la casa. Entró a una habitación a la cual dedujo que era en donde tú dormía. Frunció el ceño cuando vio una cama matrimonial. Una imagen de ti con un hombre el cual sería Emmett haciendo el amor se le vino a la mente. Sin querer, Matt gruñó en voz alta. Tenía la mandíbula tensa. Sacudió la cabeza y a sí mismo una imagen de ti durmiendo en la cama, sola y sufriendo por el engaño de su marido se le pasó por la mente. Apretó los puños. Cuánto deseaba ocupar el lugar de Reo para hacerle saber que no estaba sola, y poder hacerle el amor una y otra vez...
Un rayo de luz llegó directo a sus ojos cuando intentó dar un paso, y sólo entonces se dio cuenta que en la misma habitación había otra puerta que daba acceso a algún otro cuarto. La puerta estaba entreabierta y cuando entró, se quedó boquiabierto. Era el estudio de pinturas tuyo. Había cuadros de pinturas por todos lados, algunos colgados, mientras que otros sobre las mesas. Pinceles y pinturas estaban en el suelo. Todo estaba desordenado, pero los cuadros le daban alegría al lugar.
De pronto, escuchó la puerta cerrarse. Matt se volteó y te vio apoyada en la puerta.
-Al fin te encuentro- caminad hacia él. -¿Qué haces?
-Sólo miraba tus pinturas -mientras volvía su mirada hacia los cuadros-. Son grandiosas.
-Gracias. Lo único que espero es que sean lo suficientemente buenas para ganar el concurso -sonrió.
-Lo son. Créeme, tengo fe de que ganarás.
Matt la miró y aprovechó el momento para estudiarla de perfil. Tenía los labios entreabiertos y unas ganas inmensas le entraron de comérsela a besos. Mordiéndose el labio, Matt trató de controlar el impulso de volver a besarla, pero simplemente no pudo y en contra de su voluntad, se encontraba a sí mismo estirando la mano hacia ella, enmarcando tentativamente el contorno de sus labios con el pulgar. Eider lo observó y al darse cuenta de su intención, instintivamente retrocedió.
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𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧 𝗠𝗔𝗧𝗧 𝗦𝗧𝗨𝗥𝗡𝗜𝗢𝗟𝗢
أدب الهواةEscenarios de ficción protagonizados por Matthew Sturniolo.