reencuentro

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Después de algunos meses, Jonathan se encuentra de regreso en Asuán, una de las ciudades más concurridas en Egipto, esto debido a la petición de su hermana.

Moviéndose por la ciudad, llegó a una casa a las orillas más alejadas de la ciudad, dónde jamás creyó que al ver de nuevo a Ardeth volvería a sentir este fuego que lo consumía al verlo, sentía que le ardía el corazón con tan solo ver su mirada tan penetrante, creía que podía ver a través de sus ojos lo que sentía por el, su sola presencia lo dejó perplejo, sin abla.

De lo anterior, Ardeth se percató pues no contesto el saludo que este le dió y le pareció extraño, ya que siempre correspondía sus saludos levantando la mano y con esa sonrisa que le gustaba tanto.

(Lo que ambos no sabían es que Evelyn los había enviado solo para que ambos se  reencontrarán, ante los ojos de ella era demasiado evidente que se gustaban a morir desde que se conocieron, a pesar de los acontecimientos)

Jhonatan reaccionó de manera espontánea saludando de mano asustando a Ardeth por tan repentina acción, que le causó gracia al mismo tiempo.

Ardeth invitó a que pasara a Jonathan, indicándole que se sentara en la silla junto a la mesa que se encontraba al pasar el umbral de la entrada, así cerrando la puerta detrás de ellos.

En cuanto el Hombre de cabellera larga se sentó comenzó a preguntar:

-Qué te trae por aquí chico?

- Yo... Este... Fuí enviado por mi hermana para tener noticias de tí y sobre si ya no hay más indicios de desquiciados que quieran revivir a Imhotep.

- Oh vaya, eso es interesante, la gente no suele preguntar por mi muy seguido, agradezco su interés por mí.

- Ya ves como es mi hermana, cuando alguien le cae bien prácticamente ya es parte de nuestra familia, así que.

- Eso es algo fascinante viniendo de los ingleses haha pero antes de seguir con lo que nos aqueja, puedo preguntar que tal han estado ustedes y en especial tú?

- oh vaya haha, eso es un halago viniendo de tí. Alguien tan serio.

- Con una sonrisa- solo soy serio con otros, las veces que he estado contigo me siento bien, sin tanta presión.

Jhonatan sintió sus mejillas arder, no sabía que sentir en ese momento pues esas palabras lo tomaron por sorpresa pero lo siguiente lo dejaría helado.

Ardeth se paró de la silla en la que estaba sentado y la recorrió hasta estar a un lado de Jonathan, estado junto a el, este acercó su mano a la del otro chico juntando ambas manos en señal de que sabía desde hace tiempo, que Jonathan gustaba de el.

El chico de piel clara volteo a ver al más moreno con lágrimas que estaban por salir de sus ojos preguntando:
- ¿Esto es una broma verdad?, mi hermana te pidió que hicieras esto en modo de venganza porque le arruiné la presentación en el museo de londres verdad?

-¿Qué?, no, claro que no, que acaso no escuchaste mis palabras? No tenía idea de que vendrías, ni siquiera pregunté el cómo es que me encontraste, para ser honestos, lo único en lo que pude pensar fue en tu rostro al momento de verte, jamás creí que te volvería a ver.

Jonathan no podía creer lo que escuchaba, se sentía en un sueño, creyó que todo este tiempo estaba ocultando sus sentimientos hacia él como los mejores, pero al parecer no.

Lo que pudo hacer en ese momento fue soltar su lágrimas abrazando al hombre de cabello azabache, dando a entender que todo este tiempo necesitaba un abrazo de el para poder estar en paz consigo mismo, pues desde aquella aventura se sentía solo, desplazado, por eso arruinó la presentación de su hermana, como si fuera un pequeño haciendo travesuras y sintiendose como un hombre patetico al mismo tiempo, ya que alguien quien le gustaba se habia ido sin saber sobre sus sentimientos, debido a esto es que acepto venir de nuevo a Asuán cuando su hermana se lo pidió de favor, más nunca pensó que ella lo hizo por el.

El de cabello azabache respondió el abrazo haciendo que Jonathan se sintiera bien, ambos se sentían en un sueño al estar abrazados en el lugar seguro de Ardeth.

Ambos se separaron del abrazo después de unos minutos, se miraron a los ojos acercándose poco a poco, pegando sus frentes en señal de que ambos se sentían cómodos el uno con el otro, a tal grado de que sus rostros se preparaban para algo más, así ambos comenzaron a cerca de un poco más, pegando Jonathan sus labios delgados a los labios gruesos de Ardeth, dándose un beso que descargaba un amor que solo ellos podían sentir y que les hacía tanta falta para sobrevivir.

Ardeth x Jonathan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora