Capitulo Veinte.

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[Jueves]
[10:35 a.m]

Desde que volví del hospital apenas y e podido conciliar el sueño, simplemente no me llega, tengo miedo de dormirme y volver a ver a esa chica.

Le tengo absoluto pavor.

Suspiré intentando calmarme y me levanté, al mirarme al espejo no reconocí mi reflejo. Era yo pero unas leves ojeras adornaban mi rostro, el azúl de mis ojos se ve apagados y mi piel está muy pálida. Mi pelo desordenado, demasiado para decir verdad.

Me metí al baño y luego de una ducha con agua caliente pude salir, al entrar en mi había me quedé paralizada, Joseph se encontraba colgado de las cadenas del techo, estaba de cabeza usando sus piernas para agarrarse de las cadenas, por un momento juraría que estaba dormido.

No dije nada, el miedo me invadió, intenté devolverme al baño pero mi jabón se cayó haciendo ruido y este abrió los ojos, por un momento podría jurar que su iris era roja.

Baje la mirada para ver el jabón a mis pies y al levantarla de nuevo el estaba enfrente de mi, se agachó y tomo el jabón devolviendomelo.

-Ten más cuidado — me dice en un susurro.

- Yo…t-tú e-estabas…

-Tranquila, puedo explicártelo — me mira a los ojos de una manera muy intensa. Yo no podía responder, estaba en shock, quería correr y escapar de el pero no lo hacía ya que tenía solamente una toalla para cubrirme — Katherine... ¿Me estás escuchando? — negué lentamente, asustada de su reacción — tranquila…

-No pu-puedo, tu…tu estabas colgando de…de cabeza…

-¿Colgando? No, no estaba colgado, la sangre se me ubiera subido a la cabeza ¿Te sientes bien? — negué sin entender — acuéstate, debes descansar.

Me guío hasta la cama y allí me pude rescatar, estaba temblando de frío ya que todavía estaba húmeda.

Me aferré a la toalla como si me fuera a dar calor.

-Estas muy fría, déjame ayudarte — me dijo Joseph con una voz tan ronca que me hizo erizar la piel — solo…solo te voy a abrazar ¿Okey?

Asentí. Al instante ya podía sentir los brazos de Joseph rodearme, me volteé quedando de frente a el y hundí mi cara en el espacio en su cuello, lo sentí tensarse por un momento pero se suavizó al segundo.

Me quitó la toalla y me sentó a orcadas en el, en ese instante miles de pensamientos sucios surcaron mi mente yo sin embargo solo me limitaba a observarlo.

Con la toalla me secó en cada parte iniciando desde mis hombros y descendiendo, mis brazos, mi torso, mi pecho y mis piernas, iba a un ritmo torturador.

Cuando estaba apunto de secar mi parte íntima volvió a mirarme, sus ojos reflejaba mil cosas, no supe cómo reaccionar, solamente asentí dando permiso a qué me siguiera secando.

Su mano cuidadosamente empezó a rosar mi intimidad y sin quererlo solté un pequeño gemido. Tanto el a mi como yo a el nos miramos, yo avergonzada y el… nisiquiera podría decir cuál era su reacción, solo tenía una sonrisa de lado.

Volvió a rosar conmigo, está vez sin el paño, pude sentir su dedo entre mis pliegues, solté un jadeó sintiendo una leve electricidad descender. Lo mire confusa de sus acciones y solo con su sonrisa lo entendí todo, el quería propasarse.

Intenté alejarme en bano ya que me tomó de la cintura ejerciendo presión, a los minutos me soltó y se alejó, me miraba de forma extraña, como si apenas se ubiera dado cuenta de lo que hacía.

En medio del caos⅓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora