El autobús frenó con un chirrido en una pequeña explanada rodeada de árboles altos. Chiara bajó, tomando un respiro profundo del aire fresco del bosque. Con su maleta en una mano y su teclado en la otra, miró a su alrededor. Había llegado al campamento de música de verano.
—¡Bienvenidos al campamento de música de verano! —anunció una mujer enérgica con una camiseta del campamento—. Soy Noemí, vuestra monitora. Durante los próximos quince días, este será vuestro hogar.
Chiara vio a los otros campistas, algunos ya conversando y otros desempacando sus instrumentos. Se acercó a un grupo.
—Hola, soy Chiara —se presentó.
—¡Hola, Chiara! —respondió Bea—. Yo soy Bea, y ellos son Martín, Juanjo y Naiara.
—Encantada —dijo Chiara con una sonrisa.
—¡Esto va a ser una pasada! —exclamó Martín—. Estoy deseando empezar.
—Vamos a asignaros las habitaciones —continuó Noemí—. Estaréis de dos en dos. Chiara, tú compartirás cabaña con Ruslana. Dejáis vuestras cosas y luego nos reunimos en la cabaña principal para conocernos mejor y presentaros a los profesores.
Chiara y Ruslana caminaron juntas hacia su cabaña.
—Espero que no ronques —bromeó Ruslana.
—Solo cuando estoy muy cansada —respondió Chiara riendo.
La cabaña era acogedora, con dos camas, una pequeña mesa y una ventana que daba al bosque. Dejaron sus maletas y se dirigieron a la cabaña principal, donde el grupo ya estaba reunido.
—Este lugar tiene su encanto, ¿verdad? —comentó Violeta mientras se unía a ellas.
—Totalmente —asintió Lucas—. Estoy deseando empezar a tocar.
Noemí reunió a todos en un círculo. —Bien, ahora os presento a los profesores. Primero, Mamen, quien os ayudará con la técnica vocal y expresión corporal.
—Hola a todos —saludó Mamen—. Trabajaremos en cómo usar vuestra voz y cómo transmitir emociones con ella.
—Manu será vuestro profesor de composición y arreglos musicales —continuó Noemí.
—Hola chicos —dijo Manu—. Exploraremos cómo crear canciones y cómo arreglarlas. Será divertido.
—Y Los Javis, quienes os guiarán en la interpretación y puesta en escena —dijo Noemí.
—¡Hola! —dijeron Los Javis al unísono—. Trabajaremos en cómo interpretar vuestras canciones y cómo conectar con el público.
Después de las presentaciones, todos se dirigieron al comedor.
—¿De dónde vienes, Chiara? —preguntó Omar mientras servía un poco de ensalada en su plato.
—De Barcelona. ¿Y tú? —respondió Chiara.
—De Sevilla —dijo Omar—. Es mi primer campamento de música.
—El mío también —dijo Denna—. Espero aprender mucho.
—Yo soy de Madrid —dijo Violeta—
—Me encanta cómo está organizado todo —comentó Paul—. Se nota que han pensado en cada detalle.
Después de comer, el grupo decidió ir al lago cercano.
—¡Vamos al lago! —propuso Paul—. Será genial refrescarnos un poco.
—¿Qué canciones te gustan más? —preguntó Álvaro a Violeta.
—Me encantan las baladas y el rock suave —respondió Violeta—. ¿Y a ti?
—El pop y el indie —dijo Álvaro—.
Chiara caminaba junto a Ruslana y Lucas, hablando sobre sus bandas favoritas y los conciertos a los que habían ido.
—Oye deberíamos organizar un mini concierto aquí —sugirió Ruslana—. Cada uno podría tocar una canción.
—¡Me encanta la idea! —exclamó Lucas—. Será como nuestro propio festival de música.
Al llegar al lago, se sentaron en el césped, algunos con los pies en el agua.
—Este lugar es mágico —dijo Suzette—. Parece que el tiempo se detiene aquí.
—Sí, es perfecto —agregó Cris asombrado.
Al caer la noche, Noemí reunió a todos una vez más en la cabaña principal.
—Mañana empezamos con Los Javis a las 9:30 de la mañana. ¡A descansar, que tenemos mucho por hacer!
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Tardisimo llego a una historia kivi pero bueno, es lo que hay.
