04

1.6K 156 12
                                    

Lucifer fue el primero en despertar, se sentó en su cama y estiró su cuerpo tronando su espalda y sus muñecas, llevó sus manos a su cabeza tallándose el rostro para terminar de despertarse, abrió los ojos y encontró un desastre por doquier, tal vez se emocionaron un poco, había muchas cosas tiradas en el suelo, las sábanas eran una completa tragedia y no hablar de cómo le dolían sus piernas y le ardían los rasguños en su espalda. Miró a su lado y vio el cabello rojizo y orejas afelpadas. Alastor dormía todavía, su pecho reflejando su respiración notoria en su pecho, tan tranquilo, exhausto. A los ojos de el ángel, no había algo más hermoso que su pareja y el deleite que era para el despertar y ver a Al acostado a su lado, tan tranquilo, era felicidad pura.

Se levantó de la cama y aprovechó a tronar su espalda baja, acomodar mejor las vértebras de su columna. Con cuidado de no despertarlo cargó en brazos al Demonio Radio y le preparó un baño, uno tibio, con delicadeza limpió su cuerpo, su cabello y pelaje, usó su jabón favorito, olía a pinos, sabía lo mucho que Al disfrutaba percibir el olor a pino a su alrededor y más en sí mismo.

Mientras esperaba a que el cabello de su novio se secara a temperatura ambiente con una toalla en su cabeza, cambió las sábanas de la cama, quitando hasta el protector del colchón, riendo mientras lo hacía pues los recuerdos eróticos le venían a la cabeza. Recogió lo del suelo y se dio un baño a sí mismo. Al salir se puso su distintiva colonia y bajo las sábanas a la lavandería, debía ser temprano, siquiera Charlie se había levantado para hacer el desayuno y después levantar a toda la gentusa que se hospedaba en el hotel.
Las metió a lavar y regresó a su habitación a seguir durmiendo no antes de hacer que el Demonio Radio tomara agua, después de venirse de esa manera debía haberse deshidratado, tomó tragos de una botella de agua y empezó a hacer que el otro la tragara. Después lo acomodó en la cama y se acostó junto a él, abrazándolo por detrás, transmitiéndole su calor.

+++

—Al, ya es tarde, tienes que desayunar—. Sintió caricias en su mejilla, dándole señales a su cerebro de despertar, y no solo del sueño pesado del que salía como bella durmiente, si no en despertar y concientizar lo que había pasado. Los recuerdos llegaron como un resplandor de luz, rápido y cegándolo, llenándolo de vergüenza y pena.
—Oh maldición—. Escucho la risa de Lucifer, le encantaba escucharlo reír, pero esta vez lo molesto su risa, pintando su rostro de rojo; por otro lado él se reía al ver la cara avergonzada y colorida de su pareja, lo mucho que se negaba a admitir que lo había disfrutado. —Admítelo Al, la pasamos bien—. Dijo para besar su frente, llenándolo de cariño y consuelo, no quería que se sintiera avergonzado, ni humillado o peor aún molesto. —Si... —. Se rió de nuevo, era tan lindo. Le acarició la mejilla y se levantó de la cama.
—¿Puedes levantarte?—.

No, bueno, más o menos, digamos que le tomó 3 intentos hacer que sus piernas despierten desde de dos días sin descanso dejando que Lucifer le follara ese bonito culo.

Ya abajo, estaban Charlie y los demás, dijeron buenos días y se sentaron en la mesa donde Ángel y Husk estaban también centrados, Vaggie hacía huevos mientras la princesa hacía tocino.
—¿Así que pudiste caminar por tu cuenta eh Al? Pensé que tendríamos que llevarte el desayuno—. Dijo el afeminado mientras miraba al Demonio Radio de arriba a abajo, enfocándose en los chupetones apenas visibles en su cuello. Era un chiste, uno muy gracioso, Alastor nunca había hecho tanto ruido en el sexo, no era algo normal, pero claramente las cosas fueron diferentes esta vez. Aunque al mismo pelirrojo no le hizo mucha gracia, se llenó de enojo y vergüenza, como se atrevía a decirlo de esa manera, iba a reclamar en un grito pero alguien lo hizo antes.

—¡Angel!—. La voz femenina de Charlie resonó en reclamo, un tono apenado y muy molesto.
—Es gracioso que puedan darle ese trauma a estas alturas del partido—. Dijo Husk tomando un sorbo de su vaso.

Charlie y los demás habían oído cosas quebrándose en la alcoba de su padre, como buena hija preocupándose fue a ver que ocurría, Angel Dust la había acompañado, fue cuando escucharon los actos ilícitos que hacían su papá y su pareja, se voltearon a ver y la princesa fingió demencia, como si no hubiera escuchado nada. —Ni una sola... palabra—. Le dijo al pecador levantando su dedo pidiendo silencio, mientras la estrella porno solo pudo contener la risa.

Lucifer entendió sin dificultad a lo que se referían, se puso nervioso al ver y sentir el enojo de Al a la vez de ver como el rostro de su hija reflejaba molestia, incomodidad y pena ajena.
—Eh... Charlie... manzanita—.

—Ni una... palabra, no quiero detalles de mis padres haciendo... ¡eso!—. Lijo levantando la espátula mientras miraba a Angel con molestia.

"Mis padres"

"Mis padres"

"Mis padres"

Fue lo único que escuchó, lo único que escuchó fue a su hija referirse a ambos como sus padres, sabía que a veces Al la pasaba algo difícil al sentir que Charlie no lo aceptaba o no tenía su aprobación a la vez que Lucifer tenía el pesar de que su princesa se sintiera presionada al ver una persona ocupando un nuevo lugar en su vida. Porque no era el lugar de madre que ya había existido ni mucho menos el reemplazo de Lilith, era un lugar nuevo en su corazón y en su familia.

Le brillaron los ojos en emoción al pensar en la familia que había formado. —¡Oh manzanita! ¡Al, querido!—. Se lanzó a un abrazo con ambos, arrastrándolos, levantando al pecador de su asiento y alejando a la joven de la estufa.

—¡Papá!—. Sorprendida y no entendiendo el gesto miro a su novia. —Les dijiste padres Char—. Y ahí conectó su cabeza. —¡Oh!—. Empezó a reír en nerviosismo, no lo decía mucho, más bien... no lo decía, pero de verdad estaba feliz con que su padre haya encontrado la felicidad, y a decir verdad, Alastor se abrió paso en su corazón, considerándolo un... ¿Segundo padre? ¿Madre? Lo que sea, lo consideraba... familia.

—Aww, el bombón de fresa está feliz—.

Era increíble como la familia Morningstar lo había hecho sonreír genuinamente tantas veces. Una sonrisa cálida se expandió en su rostro junto un pequeño rubor, sus orejas titubearon un poco pero al final se dejó abrazar e incluso devolvió el gesto. Su sonrisa era no muy grande pero no pequeña, una genuina, mostrando un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha y sus ojos llenos de amor, un sentimiento que el pensó inexistente en su pobre alma.

—Los amo manzanitas—.

FIN

1149 palabras | 27 jun 2024

Hidden instincts - AppleRadio 🍎📻  | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora