CAPÍTULO 21

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Bastián

—¿Dijo algo? —hablo cuando entro a uno de mis calabozos.

—Absolutamente nada —me responde Alessandro— por mas golpes que haya recibido desde que llego no suelta una maldita palabra.

Me acerco al engendró del hijo de puta de Dante Capellari, se encuentra en un estado deplorable. Tiene el rostro desfigurado por los golpes que recibió desde que puso un pie en mis calabozos.

—Así que no piensas hablar... —Lo rodeo mientras le hablo— si fuera tu me lo pensaría dos veces porque ni siquiera recibiste ni el 1% de lo que te espera en este lugar.

—No pienso soltar una puta palabra —me dice sonriendo mostrando la sangre en sus dientes— así que mejor mátame.

—¿Si te mato con quién me voy a desquitar cuando este estresado?.

—Ve a quitarte el estrés fallándote a alguna puta que seguro tienes por ahí y a mi no me jodas —me responde y le doy vuelta la cara de un golpe en la mandíbula.

—Este plan me parece más divertido que follar por el momento —le digo— tener conmigo al hijo de mi mayor enemigo no es algo que pasa todos los días, así que pienso disfrutarlo.

Mierda que lo voy a hacer, en mi cabeza rondan todas la formas en las que lo puedo torturar y no solo son torturas físicas sino también psíquicas, lo voy a dañar tanto al punto que se vuelva loco.

—Púdrete imbécil —dice entre dientes— mi padre acabará con tu familia y quien encabeza su lista es tu maldita madre.

Solo le basto decir eso para que la poca paciencia que tenia se termine, me abalanzó sobre el pegándole uno y otro puñetazo que le rompe la nariz, lo pateo en el piso haciendo que escupa hilos de sangre, Alessandro me empuja y comienza a golpearlo.

—¡A mi no me amenaces hijo de puta! —le grito, saco a mi hermano del camino y lo tomo del borde de su camiseta para levantarlo del piso elevándolo a la altura de mis ojos— Desátenlo y llévenlo a la sala de torturas —le ordenó a mis hombres sin dejar de mirar al engendro que tengo delante de mi.

—Esto va a ser divertido —habla Alessandro con una sonrisa maliciosa.

Una vez que lo traen a la sala ordenó que lo amarren con un brazo en cada esquina de la barra que cuelga del techo.

Mientras lo amarran el imbécil se ríe como si no le importara lo que le va a pasar en este momento.

—Comencemos —uno de mis hombres me pasa un látigo— ya que los golpes no funcionaron tendremos que pasar a mi parte favorita —le sonrió maliciosamente— la tortura.

—Si hubiese estado en tu lugar habría soltado algo por más mínimo que sea —le dice mi hermano— a nadie le gustaría caer en manos del Rey de la Tortura.

—Aquí es donde entro yo —me acerco al engendró sonriendo mientras muevo el látigo que traigo en mi mano— primera pregunta, ¿Qué planea tu padre?.

—Ya dije que no pienso soltar una puta palabra que parte no entiendes —dice entre dientes.

—Respuesta incorrecta —me posiciono detrás de el— empezaré leve e iré subiendo la intensidad, si es que no te desmayas en el proceso.

IRRESISTIBLE TENTACIÓN [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora