Capítulo 15.

456 19 0
                                    

-Déjame silenciar eso.

-Contesta.- dice él y yo levanto la sábana para mirarlo.

-¿Qué? -Pero pienso un poco.- Si así lo quieres.- sostiene mi mirada y arrastra su lengua por mi coño. Oh, quiero.

Me giro y me las arreglo para llegar a la mesita de noche sin soltarlo. No es que Aizawa vaya a ninguna parte. Está demasiado ocupado comiéndome como si no le importara nada en el mundo. Miro mi teléfono y me estremezco. Es el tipo con el que salí en dos citas antes de darme cuenta de que simplemente no había una chispa.
Ya le dije que no funcionaría para mí, pero aparentemente no está de acuerdo.

-No voy a responder a esto.

-¿Por qué no?- Una pregunta ociosa.

-Un tipo que no puede aceptar un no por respuesta.- De repente, tengo toda la atención de Aizawa.

-¿Te está molestando?

-Sí, pero no como quieres decir. -La llamada va al buzón de voz y suspiro de alivio. -Salimos unas cuantas veces. No estaba allí para mí, pero aparentemente cree que puede argumentar su camino hacia la química.

Hemos tenido la misma conversación tres veces y ya lo superé. En mi mano, mi teléfono comienza a sonar de nuevo.

Lo miro. -Voy a bloquear su número

-O podrías responder.- Frota su cara contra mi muslo.- y solo por unos minutos, no tendrías que estar callada.- La realización me atraviesa.

-¿Quieres hacerme tener un orgasmo mientras él escucha?

-Es una forma de hacer entender, ¿no?- puedo dejar de sonreír un poco.

-Eso es algo muy idiota.

-También lo es llamar a una mujer que no está interesada en ti dos veces seguidas a las siete de la mañana de un sábado.- No puedo discutir eso exactamente. La llamada finaliza... y él vuelve a llamar de inmediato. Eso me decide.

Me acomodo en la cama.- Adelante, hazme correrme.- Presiono el botón de respuesta y lanzo el teléfono un poco a un lado. Puedo escuchar al chico hablar, pero no me importa porque la boca de Aizawa está de vuelta en mi coño y esta vez, no está follando.

Aizawa se mueve hacia mi clítoris con la lengua y empuja dos dedos dentro de mí, encontrando infaliblemente mi punto G. Al instante, me derrito incluso cuando el placer aumenta.

-Joder, eso se siente bien.- Demasiado bueno, viene demasiado rápido, pero no puedo detenerme, no quiero detenerme, no quiero detenerme nunca. Nunca con él.

Tengo un orgasmo lo suficientemente fuerte como para doblar la espalda y gritar demasiado fuerte. Si no estuviéramos solos en la casa, seguro que nos atraparían. Aunque no he terminado. Lo levanto por mi cuerpo y él no pelea conmigo mientras lo empujo sobre su espalda y me subo encima de él. Escucho una pequeña voz desde mi teléfono, pero eso ya no me importa. Necesito a Aizawa dentro de mí y lo necesito ahora, por su parte, se encuentra con mi frenesí y algo más. Sus manos están por todas partes, agarrando mi trasero para empujarme hacia adelante para alinearme con su polla, acariciando mis costados, ahuecando mis pechos para que pueda inclinarse y capturar primero un pezón y luego el otro en su boca.

Toda la mitad inferior de su cara está húmeda aún por mi orgasmo, lo empujo hacia abajo y lo beso mientras me meto su miembro. El tramo se siente particularmente sucio, particularmente bueno y no me detengo a darme tiempo. Simplemente lo tomo todo mientras me pruebo en su lengua.

-Mierda nena, tu coño está tan jodidamente mojado.

-Lo sé.- Lo beso de nuevo y luego me arqueo hacia atrás para poder montar su polla. Para que pueda verme hacerlo. -Tan mojado para ti.

El amigo de mi padre (Aizawa y tú)+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora