El frio recorria por su piel, tersa y suave. El viento que entraba por la ventana hacia que sus cabellos negros cual carbon se escurrieran por su rostro, el cual se encontraba triste. Se veia reflejado en el espejo de marco de oro oscuro. Atrás suyo se encontraba su padre que posaba su mano en su pequeño hombro.
―Recuerda lo que te dije, pequeño ―susurró el mayor en su oido―. Si te portas mal no dudare en castigarte, asi que portate bien... Se un buen niño.
Apretó con fuerza su hombro y se esfumo en la oscuridad del cuarto.
Sus lágrimas por fin pudieron ser libres.
¿Cuando será el día en que su padre lo dejara en paz?
Nunca.
Días después, sin comida, ni agua, sin siquiera dormir. Se estaba pudriendo ahí en su cuarto. Su propio hogar ahora era su infierno.
―Cuando me dejaras vivir, Sasuke? ―se preguntó a si mismo.
De repente un ruido en el picaporte sonó. Era el pelinegro que había entrado al cuarto después de una puta semana.
Se quedaron mirandose un rato. Los dos compartian miradas, era temor. Pero eran temores completamente diferentes. El menor tenía miedo a lo que podría llegar a suseder si habría su gran bocota. Y el mayor tenía miedo de si mismo. Ver a Naruto de esa manera; delgado, casi esquelético, palido como una servilleta, sus ojeras mas oscuras que una fosa, y sobre todo sus vibras. Era evidente que ya no era el mismo Naruto de hace unos meses, ese Naruto dispuesto a romper barreras, ese pequeño omega que parecía inofensivo, pero en cuanto lo conocías sabías que no lo era. Era un omega fuerte e independiente. Pero... ¿donde había quedado eso? ¿Donde quedo esa valentía? Era el la respuesta.
―Mmm... Te traje esto ―dijo mostrando una bandeja con comida. Para ser específicos; un vaso de leche caliente y unas galletas con chispas de chocolate. Se veian deliciosas.
El omega al ver que Sasuke se había acercado se alejó con recelo.
―N-No, no te haré nada... Solo quiero, ayudarte?
Naruto se estaba controlando, pero Sasuke realmente no ayudaba.
― Ayudarme?
Su voz era ronca y bajita.
―Ayudarme después de todo lo que me has hecho? ―repitió con fustracion.
―Se... Yo... Digo- Mira, esto es muy difícil para mi, okey?
El rubio sonrío por la irónica situación.
―Se que lo que hice estuvo mal. Pero, vine a arreglarlo. Crees que eres el unico que sufre?
―Sasuke, tu tienes libertad, yo no. ¿Y aun así eres capaz de decirme eso? Tu tienes la capacidad de solucionar tus problemas, pero yo no. Me estas undiendo mas de lo que ya estaba. En cambio a ti no te unde nadie, nadie mas que tus propios pensamientos.
―Dejaré esto aqui y me ire, eres libre.
Sasuke salió.
―Cobarde.
Al rato Naruto se baño y cambio con unos jeans negros y un buzo del mismo color, hacía frio. No había comido nada, pues de ahora en adelante no comería nada que preperara Sasuke.
Bajo las escaleras, vio que todo seguia igual menos la sala de estar, habia latas de cerveza por toda la sala.
―Sasuke, mis padres te pasan dinero, ¿o me equivoco? ―preguntó viendo el desastre de latas.
Sasuke apareció atrás suyo, observando también su desastre.
―Pues... No.
Naruto se volteó y lo miro.
―¿No? Pero...
―No se nada de ellos, de hecho, se supone que deberían haber llegado hace unos días...
―Oh... Tal vez decidieron quedarse mas tiempo.
―Si... Eso creo.
Se formó un silencio incómodo.
―¿Donde irás? ―preguntó el alfa.
―A donde se me de la gana, ¿o no puedo?
―Ay Naruto, tu y tu bocota ―se lamentó.
―Lo siento, no quería decir eso.―No, es decir, esta bien. Pero no llegues tarde, pues yo también saldré esta noche. Ah, y no olvides tus supresores, hueles muy dulce y fuerte, seguro estas por entrar en celo.
―Si, lo se. En fin... A dios.
Antes de irse, Sasuke sostuvo su brazo y, dandolo vuelta para que sus rostros coincidan, lo besó.
Naruto no hizo nada. Solo se quedo quieto.
―Cuidate... De acuerdo? No andes con cualquier alfa que se te cruce, lo notaré.
Sip, definitivamente seguia siendo el mismo Sasuke de siempre.
Ante ese pensamiento, sonrio.―Sabes que no lo haré, soy impulsivo pero no idiota.
Se soltó del agarré y salió.
Ahora estaba solo. Con sus recuerdos y pensamientos.
¿Por qué era así? ¿Por qué tenía que ser tan posesivo y celoso? Incluso se daba cuenta de eso, pero no lo podía evitar. Pensar que habían cientos de alfas mejores que el, con una mejor economía, mejor estabilidad emocional, mejor personalidad... Y Naruto solo estaba con el. Pero nisiquiera estaba con el por decisión, eso le molestaba. Si fuera por Naruto, el no estaría ahí, mas bien estaría bajo un puente mendigando o pidiendo dinero a su talentoso hermano. A su hermano que si le fue bien. Porque el era mejor que el en todos los sentidos. El no tenía sus mismos traumas. Itachi tenía todo, un titulo, una carrera, mujeres y hombres a su alrededor, incluso al pequeño omega del cual estaba obsesionado. Itachi tenia una vida.
―Mierda...
Lloró.
Voy a tratar de que esto termine bien.
★BYEEEEE3e