INFELIZ MATRIMONIO. [#PGP2024] ✓

Capitulo 11.

La cara de Miguel se contorsiona mostrando incredulidad, tuerce una sonrisa sardónica y ríe entre dientes moviendo la cabeza en negación, pues las palabras de su compañera alegraron su día que fue pésimo, agradeciendo la broma.

—¿Estuviste bebiendo a escondidas?

Manami frunce el entrecejo mirando a su colega de la forma más enojada posible. Arrebata el documento que es para él de manera brusca para llamar su atención y generar una reacción.

—¡Deja de reírte! Es la verdad —exclama, reclinándose en su lugar—. Incluso llegamos lejos.

Miguel levanta una ceja sin borrar esa sonrisa de burla.

—¿Lejos? Explícate.

Manami carraspea removiendo su trasero en el sofá, mirando al frente con una cara de suficiencia.

—Ya sabes, la palabra con "S".

Miguel amplía la sonrisa hasta mostrar toda su dentadura, encontrando divertido la imaginación de la mujer.

—¿La palabra con "S"? ¿Te refieres a s̶e̶x̶o̶ ? —pregunta, soltando una sonrisa ronca generando una vibración en la garganta.

—Shh... —Manami cubre la boca de Miguel con una mano, reaccionando apresuradamente—. Las gemelas pueden estar cerca.

—¿Quieres decir que Geto y tú han estado aventurándose en las noches por quien sabe cuánto tiempo? —pregunta de nuevo, apartando la mano de la mujer—. No te creo nada. Geto es un hombre reservado, respetuoso con todos los hechiceros. Además, nunca faltaría el respeto a una mujer teniendo dos niñas bajo su tutela.

La cara de Manami se contrae de rabia y decepción desviando la mirada a la salida del gran salón de reuniones.

Miguel nota su descontento y siente una nueva ola de curiosidad.

—¿Dije algo malo?

—No es nada.

Hay un silencio incómodo entre ellos que al hombre no le gusta.

—¿Qué pasa? Tú no eres así. —Miguel la mira preocupado—No eres alguien que invente historias ridículas.

Ella suspira inclinando la espalda atrás descansando el peso del torso sobre el sofá cerrando los ojos.

—Estoy celosa, es todo —confiesa, frotando las sienes con los dedos para liberar el estrés.

***

Recepción.

21:35 p.m horas.

Comenzaste a caminar por el gran salón evadiendo a Suguru. Él estaba buscándote con la mirada y de vez en cuando se abría paso en medio de los invitados con la intención de acercarse a ti.

Temías que haga algo por lo sucedido con el vino. Fuiste demasiado lejos esta vez. Tu mente trabaja a mil por hora pensando en arreglar la situación. Rodeaste algunas mesas de algunos invitados muy importantes, fingiste conocerlos y los saludaste para presentarles a tu esposo que se acercaba.

Suguru entrecerró los ojos, con paso firme y con las manos en los bolsillos del pantalón moviéndose de manera elegante se acercó. Saludó a todos mostrándose sofisticado, se puso a tu lado y rodeó tu cintura con el brazo.

Te beso la sien y murmuró algunas palabras solo para que las oyeras únicamente tú.

—Quiero hablar contigo seriamente. —Su voz calmada y susurrante encienden alarmas en ti.