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Sin comprender lo que sucedía, Kyo se quedó en el claro esperando a que Iori volviera. Se sentó en el mantel por un rato, pero luego se cansó de estar sentado y se puso de pie. Caminó de un lado a otro como un felino enjaulado alrededor del claro. Finalmente decidió guardar el mantel en el bolso que estaba colgado en la moto. Miró su móvil y notó que habían pasado dos horas. ¡Dos horas y Iori no regresaba!. Afortunadamente Kyo podía sentir la energía de la Magatama cerca, por lo que sabía que Iori no había regresado a Osaka.

Con el pasar de las horas, Kyo tuvo tiempo para formular diferentes teorías en su cabeza para explicar el comportamiento de Iori. Sabía que la maldición de Orochi incitaba a Iori a atacarlo, sabía que la voluntad del maldito dios serpiente se manifestaba en un intenso deseo de matarlo, para destruir la espada. Kyo sabía todo esto desde el encuentro espiritual que había tenido con Magai el ancestro de Iori durante el torneo del KOF97.

Magai le había dicho que, él había cometido un error y que Iori solo estaba pagando las consecuencias, le había explicado lo sucedido y le había pedido que 'salvara' a Iori y lucharan juntos contra Orochi.

Había sido mucha información para digerir en ese momento (además que Kyo era mucho más joven e inmaduro para comprender lo que implicaban sus palabras) sin embargo con el tiempo había comprendido mejor como funcionaba ese 'impulso asesino' en Iori. Y por esta razón, cuando Iori se aparecía buscando pelear, Kyo siempre accedía y luchaba con él.

Luego cuando habían comenzado esa relación durante el torneo de la KOFXV, Kyo había sido directo con Iori y le había dicho que no le molestaba pelear con él, cuando el sintiera ese 'impulso asesino' y también le dejó claro que no tenía miedo a lo que pudiese hacer bajo la influencia de Orochi, porqué él era fuerte y podía soportar lo que fuera.

¿Pero entonces, porqué había dicho que no quería estar cerca de él? ¿No era lo opuesto al deseo de Orochi? Tendría más sentido que Iori le hubiese incitado a pelear en vez de alejarse.

Esperó un poco más, pero finalmente, su paciencia se agotó y marcó el número de Iori. Momentos después el pelirrojo contestó y por unos segundos Kyo no supo que decir y ambos se quedaron en silencio.

— Solo dime que estás bien... — Logró decir Kyo recostándose contra la moto.

— Estoy bien.

La voz de Iori sonó extrañamente calmada. La rabia y el desprecio que percibió en sus palabras cuando le había dicho que no quería tenerlo cerca, ya no estaban.

— Kyo...— Continuó Iori — tenemos que hablar.

Kyo sintió que le bajaba un escalofrío de pies a cabeza al escuchar su tono de voz calmado.

— Te escucho.

— Ven a la playa.

Dicho esto el pelirrojo colgó y Kyo se quedó un rato mirando su móvil intentando calmar su corazón que de repente había comenzado a latir con más fuerza. Tenía un mal presentimiento y no le gustaba para nada esa sensación.

***

Kyo encontró a Iori en la playa que estaba al lado del acantilado bajo la colina donde habían comido. No fue difícil encontrarlo porqué Kyo podía sentir su presencia. Dejó la moto parqueada en la carretera a un lado y caminó por la arena hasta él.

El pelirrojo estaba de pie observando las olas ir y venir, golpeando las rocas del acantilado. La brisa marina revolvía su cabello suavemente. Kyo se quedó de pie a su lado y lo miró de reojo. Buscó signos de heridas o alguna otra cosa extraña, pero Iori se veía como siempre, con el ceño fruncido y esa expresión estoica que lo caracterizaba.

The morning sun and the midnight MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora