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_Bien...ya lo escuchaste...nada de pendejadas_.

_Si Ger..._.

_Y nada de estar escapandote y armando revuelo, te conozco_.

_Pff_.

_Puedes regresar el lunes a la universidad...si es que aun quieres..._.

_si quiero_.

Ger quien iba manejando su coche camino a casa después de tres semanas de puro estrés en ese hospital miro a su hermano menor con preocupación_Rou...el...bueno, me contó lo que ocurrió con esa chica pelirroja_.

_Si lose, es la misma que fumo dentro de mi coche, dile a Rou que ya va unos cuantos años delante de mi, que deje de traerte chismes de niños_.

_No son chismes de niños King, lo que dijo es muy serio_.

_Es muy serio porque es una puta mentira_.

_Bien...si quieres regresar no voy a impedirtelo, pero quiero que sepas que en el momento en que te quieras largar solo tienes que decirmelo, recuerda que aunque no puedo pagar una de tanto prestigio si que puedo con otras igual de buenas y con colegiaturas más economicas_.

_Tranquila, gracias, pero deja de regañarme, me duele la cabeza_.

_Eres increíble, aun no puedo creer que en menos de un mes estés casi como nuevo, y no puedo creer que no tuvieras que ponerte un yeso, aunque bueno...supongo que el echo de unir los huesos con prótesis tampoco fueron cosquillas_.

_Fue lo más parecido a meter el pene en un hormiguero_.

_Ey...no hagas esos chistes conmigo King, soy tu hermana mayor, respeta_.

_Solo dije pene_King vio su oportunidad de meter un poco de emoción a aquel aburrido y depresivo viaje_¿acaso tu nunca dices pene?_.

_No..._.

_¿Y cuando tus pacientes quieren un arreglo estético como le dices?, "no se preocupe señor arreglaremos su amiguito por mil dolares"_.

Ger no pudo evitar reir, hacia mucho tiempo que King no bromeaba con ella, le recordó a cuando era más pequeño, más social, menos roto, que podía pasar horas jugando y haciendo amigos, siempre supo que todos habían cambiado mucho después de lo de Gloxinia, pero King había mutado toda su forma de ser, sin darse cuenta se había puesto triste, siempre tuvo que tener una coraza en el pecho para sus pequeños hermanos, hacia siete años que gloxinia había muerto, dejándola sola.

No tuvo casi tiempo para derrumbarse y llorar a su hermano, no contaba con sus padres ya que eran un caso perdido, jamás movieron ni media pestaña por ellos, fueron siempre Ger y Gloxinia con dos niños, y el destino le arrebato su único compañero, quedando sola con un King de trece años y una elaine de diez recién cumplidos, pero no se detuvo, siguió estudiando mientras trabajaba de lo que podía, hasta que al graduarse consiguió ese prestigioso trabajo en esa clínica tan famosa, y pudo permitirse no sólo mandar a sus hermanos a instituciones privadas sino que también pudo comprar con lo que su hermano mayor le había dejado una casa preciosa.

_Ger...¿estas bien?_.

Su hermana menor la despertó de sus pensamientos, la miro por el espejo retrovisor, y ahí se dio cuenta que estaba llorando.

_Mierda...lo siento chicos, es solo que hacia tiempo no veía a King dejar de ser un amargado_.

Las dos mujeres comenzaron a reír mientras la cara de confusión de su hermano por las lágrimas de Ger se convertía en indignación al ser ridiculizado por sus hermanas_ey no olviden de casi muero...no se burlen de mi_.

Al llegar a la casa King sintió que había pasado mucho tiempo desde que había abandonado aquel lugar para ir a salvar a Diane, por un momento creyó que no volvería jamás.

Al entrar a la casa hizo lo que el doctor le encomendó, no esforzarse ni exponerse a peligros, así que subió a su habitación y se encerró, no quería desafiar al destino, aun tenia que hacerse a la idea de que el hombre que más odiaba en su vida estaba muerto, que la mujer que amaba era hija de ese mismo tipo y con todo en contra había sobrevivido a desafiarlo, no había corrido la misma suerte que su hermano.

Tomo un largo baño en la tina de su habitación, sentía el aroma al hospital y le daba nauseas, sin emocionar que era su primer baño totalmente a solas después de tres semanas, había sido infernal que las enfermeras no la dejaran en paz.

Usar su propio jabón corporal, sus propios productos para el cabello y algo de ropa que no fuera una estúpida bata o camisetas y pantalones de color azul muerte.

Elaine había ordenado su habitación aunque como de costumbre estaba un poco todo fuera de su lugar, algunas prendas en lugares equivocados y sus zapatillas también.

En ese momento su teléfono, el cual había sido su único su único entretenimiento en aquellas semanas y el cual ya no quería tocar comenzó a sonar, mientras se aproximaba al dispositivo pensaba quien podría ser, Meliodas, Ban, Zeldris o Helbram el cual había quedado en llamarlo cuando regresara a casa, pero al ver aquel nombre se quedó estático, pensó que jamás volvería a llamarlo, que cuando estuviera listo lo haría el, pero ahí estaba, llamándolo al teléfono.

Lo miro por unos segundos y antes re que la llamada se perdiera deslizó su dedo en la pantalla y la tomó.

_¿D-diane?..._.

_Oye...estoy abajo y estoy tocando el estúpido timbre y nadie me abre_.

_E-el timbre no funciona, se jodio la semana pasada_.

_¿Vas a bajar a abrirme?_.

_Eh...si, ya voy..._sonrío inconscientemente mientras deslizaba el celular por su rostro_ya voy Diane..._.

𝚖𝚎𝚛𝚌𝚒𝚕𝚎𝚜𝚜𝚕𝚢(kingxdiane).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora