Alexia había tomado un tiempo libre del equipo para manejar los problemas legales con Marco y apoyar a Elena durante su recuperación y el juicio. Ahora, con Marco condenado, era momento de regresar a lo que amaba: el fútbol.
Alexia se levantó temprano una mañana con una sensación de entusiasmo y propósito que no había sentido en mucho tiempo. Era el día de su regreso al entrenamiento con su equipo, el Barcelona Femení. Mientras se vestía con su uniforme, sintió una mezcla de nerviosismo y emoción. Había pasado algun tiempo desde que estuvo en el campo que no podía evitar preguntarse si aún tendría el mismo rendimiento y conexión con sus compañeras de equipo.
Elena, quien estaba al tanto de la importancia de este día para Alexia, la sorprendió con un desayuno especial. "Quería que empezaras tu día con algo especial," dijo Elena, colocando un plato de panqueques y frutas frente a Alexia.
"Gracias, Elena. Esto significa mucho para mí," respondió Alexia, sonriendo mientras tomaba la mano de Elena. "Estoy un poco nerviosa, pero también muy emocionada."
"Lo harás increíble, Alexia. Eres una de las mejores jugadoras y, más importante aún, tienes una fuerza interior que te llevará lejos. Solo recuerda disfrutar cada momento," le dijo Elena, dándole un beso corto en los labios.
Cuando Alexia llegó al campo de entrenamiento, fue recibida con abrazos y palabras de bienvenida por parte de sus compañeras y entrenadores. La atmósfera era de apoyo y camaradería, y Alexia sintió una oleada de gratitud al ver cuánto la habían extrañado y cuánto significaba su regreso para el equipo.
El entrenador, un hombre de mediana edad con una expresión amable, la saludó con una sonrisa. "Es genial tenerte de vuelta, Alexia. Todos hemos estado esperando este día."
Alexia asintió, agradecida por la comprensión y el apoyo. Comenzó con ejercicios ligeros y técnicas básicas para ir calentando, sintiendo cada vez más confianza con cada movimiento. Sus compañeras de equipo la animaban, recordándole que no estaba sola en este viaje de regreso.
Mientras entrenaba, Alexia no pudo evitar reflexionar sobre todo lo que había pasado. Recordó los momentos de miedo y desesperación, pero también los momentos de valentía y amor. Cada paso que daba en el campo era un testimonio de su resiliencia y determinación.
Paralelamente, Elena estaba avanzando en su carrera médica de una manera impresionante. El apoyo que había recibido durante el juicio y la atención mediática también había resaltado su dedicación y habilidades como cirujana. Ahora, estaba más determinada que nunca a continuar creciendo profesionalmente y a hacer una diferencia en el campo de la medicina.
En el hospital, Elena se había convertido en una figura respetada y admirada. Sus colegas la veían no solo como una excelente cirujana, sino también como un modelo de resiliencia y fortaleza. Había sido invitada a dar varias conferencias y participar en paneles sobre acoso y violencia de género en el ámbito laboral, utilizando su experiencia para educar y apoyar a otros.
Una tarde, mientras revisaba los expedientes de sus pacientes, el director del hospital se acercó a ella. "Elena, hemos estado muy impresionados con tu dedicación y tu capacidad para superar las adversidades. Quisiéramos proponerte un nuevo rol como jefa del departamento de cirugía."
Elena quedó sorprendida y halagada por la oferta. "Es un honor, señor. Acepto con mucho gusto. Prometo seguir trabajando arduamente para mantener los estándares de excelencia y apoyar a nuestro equipo."
A medida que Alexia y Elena se sumergían en sus respectivas carreras, ambas se esforzaban por encontrar un equilibrio entre sus pasiones y sus responsabilidades. Alexia estaba completamente enfocada en su entrenamiento y en prepararse para los próximos partidos, mientras que Elena dedicaba largas horas en el hospital, atendiendo a sus pacientes y gestionando su nuevo rol.
A pesar de sus ocupadas agendas, siempre encontraban tiempo para estar juntas y apoyarse mutuamente. Sus cenas eran momentos sagrados donde podían relajarse, compartir sus experiencias del día y disfrutar de la compañía de la otra.
Una noche, mientras cenaban en su apartamento, Alexia miró a Elena con una sonrisa. "Sabes, me siento muy afortunada de tenerte a mi lado. No importa lo que pase, siempre encuentro paz y fuerza en ti."
Elena sonrió, tocando suavemente la mano de Alexia. "Y yo me siento igual. Has sido mi roca durante todo esto. Juntas, podemos superar cualquier cosa."
El día llego y el partido de Alexia desde su regreso al campo llegó rápidamente. El estadio estaba lleno de aficionados que habían venido a ver su regreso. Mientras se preparaba en el vestuario, sentía una mezcla de emociones: nerviosismo, emoción y una profunda gratitud por poder hacer lo que amaba.
Elena, por supuesto, estaba en las gradas, animándola con todo su corazón. Había tomado un descanso del hospital para estar presente en este importante momento para Alexia. Mientras el partido comenzaba, Elena sintió una ola de orgullo y emoción al ver a Alexia en el campo, jugando con la misma pasión y habilidad que siempre la habían caracterizado.
El partido fue intenso y emocionante. Alexia demostró su talento y liderazgo en cada jugada, llevando a su equipo a una victoria impresionante. Al final del partido, sus compañeras la rodearon, celebrando su éxito y su regreso.
"Lo hiciste increíble, Alexia," le dijo una de sus compañeras mientras la abrazaba. "Estamos muy felices de tenerte de vuelta."
Alexia sonrió, sintiendo una profunda satisfacción. "Gracias a todas. No podría haberlo hecho sin su apoyo."
Después del partido, el equipo organizó una pequeña celebración para Alexia. Se reunieron en un restaurante cercano, disfrutando de una noche de risas, recuerdos y camaradería. Elena se unió a la celebración, feliz de ver a Alexia tan contenta y rodeada de amigos.
Durante la cena, el entrenador se levantó para dar un discurso. "Alexia, tu regreso ha sido una inspiración para todos nosotros. Has demostrado una increíble fuerza y determinación. Este equipo es mejor contigo en él, y estamos emocionados por todo lo que vendrá."
Elena miró a Alexia con orgullo, sabiendo cuánto significaban esas palabras para ella. "Estoy tan orgullosa de ti," le susurró, dándole un beso.
"Y yo de ti, Elena. Hemos pasado por tanto, pero estamos más fuertes que nunca," respondió Alexia, apretando la mano de Elena.
Mientras tanto, en el hospital, Elena continuaba haciendo grandes progresos en su carrera. Su nuevo rol como jefa del departamento de cirugía le permitía implementar cambios y mejoras que beneficiaban tanto a los pacientes como al personal. Trabajaba incansablemente, siempre buscando maneras de mejorar la atención y el ambiente laboral.
Una tarde, mientras revisaba los planes de tratamiento para sus pacientes, recibió una visita sorpresa de la directora del hospital. "Elena, quería informarte que has sido nominada para el premio a la Excelencia en Medicina. Es un reconocimiento a tu increíble trabajo y dedicación."
Elena se quedó sin palabras, sintiendo una profunda gratitud y orgullo. "Es un honor ser nominada. Gracias por su apoyo continuo."
Elena y Alexia se convirtieron en un pilar de apoyo mutuo mientras navegaban sus carreras y sus vidas personales. Se aseguraban de estar presentes en los momentos importantes de la otra, brindándose apoyo y celebrando los logros juntas.
Durante sus momentos juntos, tuvieron muchas conversaciones sobre el futuro y sus sueños. Hablaron de sus planes de carrera, de los lugares que querían visitar y de los proyectos que les gustaría emprender juntas. Estas conversaciones fortalecieron aún más su vínculo, recordándoles que estaban construyendo una vida juntas basada en amor y apoyo mutuo.
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Ecos de Amor - Alexia Putellas
Hayran KurguAlexia Putellas, una destacada futbolista, y Elena, una talentosa cirujana, se encuentran en una gala de caridad y se enamoran rápidamente. Sin embargo, sus vidas llenas de secretos y responsabilidades ponen a prueba su relación. Juntas, luchan por...