Ecos de Amor - Alexia Putellas

Capítulo 40: Viaje

Alexia estaba lista para el evento deportivo más importante de su carrera: la final de la Champions League. La presión era inmensa, pero también la emoción y el orgullo. Sabía que este partido sería un momento decisivo, no solo para ella, sino también para su equipo y para todos los aficionados que habían seguido su trayectoria.

Elena, por su parte, sentía una mezcla de orgullo y preocupación. Ser la jefa del departamento de cirugía era una responsabilidad enorme, y cada día presentaba nuevos desafíos. Sin embargo, no podía dejar de pensar en Alexia y en lo importante que era este partido para ella. Quería estar allí, apoyarla desde las gradas, pero sus responsabilidades profesionales parecían imposibilitar cualquier plan de viaje.

Desde el momento en que supo la fecha de la final, Elena comenzó a idear maneras de organizar su trabajo para poder estar presente en el partido. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidida a hacer todo lo posible para estar allí. Quería sorprender a Alexia y mostrarle cuánto la apoyaba.

"Esto va a requerir una planificación cuidadosa," pensó Elena mientras miraba su calendario lleno de cirugías, reuniones y otras responsabilidades.

Primero, empezó a delegar tareas a sus colegas más confiables. Su mejor amiga y colega, fue la primera en enterarse de su plan.

"¿Realmente crees que puedes arreglar todo esto?" preguntó, preocupada por la carga de trabajo que Elena intentaba redistribuir.

"Tengo que hacerlo. Este partido es muy importante para Alexia. Quiero estar allí para ella," respondió Elena con determinación.

Elena convocó una reunión con su equipo para discutir la redistribución de sus responsabilidades. Explicó la situación sin dar demasiados detalles personales, pero dejando claro que necesitaba su apoyo para cubrir sus ausencias.

"Voy a necesitar que todos pongan un poco más de esfuerzo durante los próximos días," dijo Elena, mirando a cada uno de sus colegas. "Confío en cada uno de ustedes y sé que podemos manejar esto juntos."

Los miembros del equipo, aunque sorprendidos, mostraron su apoyo. Sabían que Elena siempre había sido una líder dedicada y efectiva, y estaban dispuestos a ayudarla en lo que fuera necesario.

Elena dedicó las siguientes noches a reorganizar su trabajo. Revisó cada caso, asegurándose de que todos los expedientes estuvieran en orden y que sus colegas tuvieran toda la información necesaria para manejar los procedimientos sin su supervisión directa.

Uno de los casos más críticos era una cirugía compleja programada para el día después del partido. Elena pasó horas preparando un informe detallado y discutiendo el caso con su colega que la reemplazaría.

"Todo está aquí," dijo Elena, entregando el expediente a su colega. "Si tienes alguna duda, estaré disponible por teléfono. Confío en ti para esto."

"Gracias, Elena," respondió su colega. "No te preocupes, haremos todo lo posible para que salga bien."

Además de delegar responsabilidades, Elena necesitaba obtener la aprobación de la administración del hospital para su ausencia. Sabía que esto sería complicado, pero estaba decidida a intentarlo.

Solicitó una reunión con el director del hospital, el Dr. Ruiz, para explicar su situación.

"Dr. Ruiz, necesito tomar unos días libres," comenzó Elena, consciente de que necesitaba presentar un argumento sólido. "He organizado a mi equipo para que cubra mis responsabilidades y estoy disponible por teléfono en caso de emergencia."

El Dr. Ruiz la miró con una mezcla de curiosidad y preocupación. "Elena, eres una de nuestras mejores cirujanas y tu presencia es crucial. ¿Es realmente necesario que te ausentes en este momento?"