XXXV. Decisiones

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El camino de vuelta fue mucho más rápido que el de ida. En tan solo quince minutos ya me encuentro aparcando el coche. Por el camino me he encargado de enviarle un mensaje a Olivia para asegurarme de que todos se encontrasen en la sala de estar para cuando yo entrase por la puerta.

Con la libreta de mi madre en la mano izquierda y las llaves del apartamento en la derecha, cierro la puerta tras de mí y entro a la casa.

Como yo me suponía, están absolutamente todos sentados en el sofá, con su mirada fija en mí desde que he entrado.

Cojo aire antes de aproximarme a la mesa de la sala. Me posiciono justo delante de ellos y apoyo la libreta en la mesa antes de centrar mi mirada en cada uno de ellos. Para mi sorpresa Cristhian está aquí, al lado de su hermana, y los dos me miran con el mismo escepticismo. Ryden me mira confundido y Caleb y Olivia simplemente me regalan una mirada curiosa.

—Tengo un plan que nos puede ayudar para salvar a Tanner.

—¿Cuál? —pregunta Jocelyn con un tono muy mordaz.

He venido bastante segura de mi misma, por lo que encaro una ceja y la miro con severidad para que se de cuenta que no debe emplear ese tono y mucho menos conmigo.

—Mi madre murió hace poco, como todos sabéis ya —comienzo a explicar y noto que con mis palabras el ambiente se calma—. Pues bien, hoy me ha llamado la mujer que trabajaba para ella y me ha dado eso. —Señalo la libreta—. En esa libreta mi madre me ha contado todo lo que tengo que saber para poder acabar con mi padre. Y he encontrado la única manera de que pueda soltar a Tanner sin que corra un gran riesgo—aseguro—. Hay que encontrar a una mujer joven, de unos cuarenta años, rubia y de buena familia. Sólo sé esas características y que se llama Lara Smith.

—¿Y por qué hay que buscarla? —pregunta Caleb.

—Porque es la amante de mi padre desde antes de que yo ni siquiera naciera y se de buena mano que es la única persona que le importa en este mundo; la única por la que estaría dispuesto a soltar a Tanner.

Todos se quedan callados y algo sorprendidos. Mientras tanto, mi corazón late desbocado ante la posibilidad de salir de mi casa con Tanner a mi lado y habiendo cumplido lo que mi madre me pidió como último deseo.

—¿Y cómo propones que la encontremos? —pregunta Ryden, rompiendo el silencio.

—Eso es lo que quería hablar con vosotros —explico—. Sé que sufre de un cáncer bastante jodido y que tuvo una recaída hace un año y poco, así que tenemos que podemos tirar de ese hilo para encontrarla.

—Tengo algunos contactos en algunos hospitales de los alrededores que pueden ayudarnos a rastrear a Lara —asegura Olivia.

Yo la miro con una sonrisa verdadera tanto en la mirada como en los labios.

—Perfecto.

—¿Y si ella no quiere cooperar? —pregunta Cristhian, siempre escéptico.

—Tendremos que persuadirla —digo, con más confianza de la que siento en realidad—. Sinceramente, lo que menos me preocupa es conseguir convencerla; lo primordial es encontrarla.

—Esto suena muy arriesgado —dice Jocelyn—. Pero si es nuestra única opción, estoy dispuesta a intentarlo.

—Yo también —dice Caleb, y los demás asienten lentamente, uno por uno.

—Bien, entonces nos dividiremos las tareas —digo, asumiendo un tono más autoritario—. Olivia, descríbeles el perfil de Lara a tus contactos y trata de encontrarla y Caleb y Ryden, tratar de comprar armas por si la cosa se pone fea

La nueva obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora