Coaybay: Morada de los ausentes. Hay un lugar al que van los muertos, que se llama Coaibai, que está en un extremo de la isla, llamado Soraya. El primero que estuvo en el Coaibai dicen que fue uno llamado Maquetaurie Guayaba, que era señor del Coaibai, casa y habitación de los muertos.
*Nombrar la morada, tocar a su puerta es el equivalente a retarle; el balance es debil cuando se tocan las puertas del umbral, aunque dos la toquen; solo un alma regresa. *
Melo
— No, Jeff por favor; podemos divorciarnos y casarnos después, cuando se calme, cuando no este molesto, por favor. — Digo sujetando su mano.
Si puedo convencerlo a él no necesitare llorar a nadie, me mira pero no responde; la furia en sus ojos solo se hace mas evidente y tirade su brazo con tanta fuerza que me hace tambalearme antes de salir.
Vuelvo el cuerpo en busca de Diana que me mira con cariño, no parece estar preocupada y a mi me consume la angustia.
— ¿Te casaste por gusto?— Pregunta, mirándome a los ojos — ¿Estas feliz con la decision? —
— Se van a matar... — Digo incapaz de procesar otra idea.
— No se van a matar, responde... ¿Jeff te forzó a algo? —
— NOOO — Me sale del alma — no soy tan débil Diana, no me casaría a la fuerza, lo amo, no lo permitas, a mi no me escuchan; a ti si... Por favor detén esto. —
— Ven conmigo. — Responde.
**
Subimos al ascensor y permanece calmada mientras a mi se me va a salir el alma del cuerpo, la barrera de Zánganos en la puerta del lugar solo envía punzadas a mi corazón; se plantan frente al lugar y camino hasta la puerta pero no se mueven.
— Muévanse.— Digo
— Tenemos ordenes. — Responde Isaac sin moverse un centímetro.
— ¿De quien?, ¿Que orden esta por encima de la mía? —
—Tenemos ordenes del Baya, Señora.— le Responde a Diana antes de bajar la cabeza sin moverse su posición.
Le hablan a Diana con respeto, le hablan con calma y empiezo a sentir un dolor de cabeza desesperante. Escucho como mueven las cosas dentro del gimnasio y el mareo empieza a fastidiarme.
— Muévete. — No estoy gritando pero poco me falta, no estoy armada, pero el mareo me lo quito rompiéndoles la cabeza de ser necesario.
— Tenemos ordenes. —
— Isaac, las ordenes te las dará el diablo si no te mueves; muévete. —
— No puedo, señora, retírese por favor, tenemos ordenes de no dejarla entrar, nadie puede entrar. —
Escucho el primer quejido desde dentro del gym y reconocería los crujidos de Jeff a un kilómetro; me lo va a matar, por fuerte que sea, no es amenaza para Antonio, nadie aquí lo es; no sera fácil matarlo pero si alguien puede es Antonio y no pienso permitirlo.
El golpe a la garganta de Isaac lo manda al suelo con la mano en el cuello y aunque pudiera no se atrevería a defenderse; siento como se forman los demás detrás de el y la voz de Jannett detrás mio los manda a todos de rodillas.
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Eros -Borrador
RomanceNo existen salidas si todas las puertas llevan al mismo lugar; Raymond Vargas sabe esto mejor que cualquiera, estar exiliado parecía la oportunidad perfecta para cambiar su vida. -Solo las partes que no le gustan- Pero desaparecer y dejar todo atrás...