Capitulo 13

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El baño me ha sentado bien, pero no puedo decir que si, estoy bien del todo.

Porque en realidad no lo estoy.

Me había sentado en el salón revisando mis redes sociales en mi IPhone y no me percato del sonido de la puerta, ni de nada en particular.

Estoy tan concentrada que solo una voz me logra sacar de mi ensoñación, cogelandome hasta lo más adentro, la garganta se me seca y la piel, se me pone de gallina literalmente.

—¿Piensas contarle nuestro secretito zorra?—

El asqueroso aliento de Mikhail movió un par de hebras de mi cabello.

—Tal vez.—Contengo la postura.—¿Tienes miedo a que lo haga?—

Se ríe.

—No voy a permitir que eso pase.—

Es lo último que dice antes de seguir de largo, miro sobre mi hombro a Shasa con cara de pocos amigos como es habitual en ella, que pasa por mi lado tomando la misma dirección que su hijo y de último Alessandro que simplemente me mira y me da un leve asentimiento antes de irse a no se donde, porque simplemente me concentro en su mirada grisácea.

Cuando vuelvo en si, corro detrás de él con la intención de hablar y arreglar las cosas, aunque ya no se Ai es mejor arreglarlo o dejarlo así.

—¡Aless espera!—

Se detiene ante mis palabras en cuanto quedo frente a él.

—Deberíamos hablar.—

Su mirada destila cierto enojo hacia mi, seguramente piensa de que ya lo he remplazado.

Y pude hacerlo, estaría en todo mi derecho, pero lo cierto, es que como el arrogante de mi esposo no hay dos.

—¿De qué? Creo que ya no hay nada de lo que tengamos que hablar.—

Resoplo pesadamente, este hombre es aún más terco de lo que aún recordaba.

—Sabes que si tenemos que hablar, esto no puede continuar así.—

—Ahora estoy ocupado.—

Me ignora pasando de lado y eso me hace hervir la sangre por lo que lo encaro.

—¿Eso vas a hacer?—Gruño, logro que me mire.—Huir, como el maldito cobarde que eres? Creí que eras mucho mejor que eso ¡Maldita sea!—Digo por lo alto—

—¿Y qué mierdas quieres de mi Laura?—Se exaspera.—Explícamelo porque ya no te entiendo. Me dices que has vuelto, tomas tu puesto en la mafia, follamos la otra noche ¡Por Lucifer!! Y ahora me sales con que no puedo tocarte, que hay alguien más y no se ni que tantas mierdas.—

Me agarra de los brazos con cierta fuerza.

—Dime que más esperas que haga.—

Me suelto de su agarre bruscamente.

—¿Qué más quiero? En serio me preguntas esa mierda, tienes cara para preguntarlo.—Niego.—Alessandro ¡mírame!!—Me señalo.—Me destruiste, pasé de ser tu esposa a ser tu maldita puta ¿entiendes lo que es eso? Es Humillante, me arrastre por ti y no lo acabas de entender, pisoteaste mi orgullo, me dejaste sola.—Grito sin importarme nada.—¿Tienes maldita idea de lo que estaba pasando? No sabes ni una mierda del dolor que estaba viviendo, tu mierda me remplazo. ¡Lo jodiste todo!! Creí que era mi culpa, pero no lo fue, y ahora crees que tienes maldito derecho a juzgarme solo porque un papel legal dice que te pertenezco.—

Las lagrimas pican mis ojos.

—Las cosas han cambiado mucho, y ya no puedes hacer de mi lo que te de la gana.—

Amarte Otra Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora