Capítulo 4: La vecina de arriba

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Sant Martí, Barcelona
Marzo del 2028

Chiara subía las escaleras con un paso extremadamente lento.

Los parpados le pesaban, estaba muriéndose de sueño.

Al final cedió y llevó a Lucy con su coche a la universidad de la Ciutadella.

Y ahora solo quería llegar a casa para tirarse a la cama a dormir, le daba completamente igual el armario, ya lo ordenaría otro día que estuviese menos cansada.

Las escaleras se le estaban haciendo eternas, y cada piso lo venía más lejos que el anterior.

Este era uno de esos momentos en los que maldecía el vivir en un quinto piso sin ascensor.

Al llegar al tercer piso y con mucho esfuerzo decidió parar un par de minutos, no podía más, y justo su móvil sonó indicándole que le acababa de entrar un WhatsApp de su novia.

"I'm not going to dinner, I'm going to tapas with my friends." (No iré a cenar, me voy de tapas con mis amigas.)

Genial, pensó internamente Chiara.

Aunque sopesando la situación a lo mejor tenía suerte y tampoco iría a su casa a dormir, y una bronca que se ahorraría por haberse echado la siesta en vez de organizar el armario.

Soltó un suspiro largo y continuó subiendo las escaleras.

Menuda mierda de día.

La sonrisa que se le había borrado de la cara hacía un rato a causa del cansancio había vuelto a aparecer de golpe nada más llegar al cuarto piso, donde el pequeño Luca sin querer le lanzó su pelota haciendo que esta le diera en las piernas.

-Uy, y esta pelota, ¿De quién es? -La menorquina se agacho a recoger la pelota del suelo haciendo que el pequeño rápidamente fuera con ella.

-Mía.

-Toma cariño. -Chiara le devolvió al niño su pelota que rápidamente la volvió a coger entre sus manitas.

Violeta que estaba cerrando la puerta de su piso nada más oír la voz de la chica se giró a mirarla.

-Luca mi vida, ten cuidado con la pelota. -La pelirroja le llamó la atención a su hijo.

-No te preocupes, si no ha hecho nada. -Chiara con paso decidido pero completamente nerviosa por dentro se acercó a la motrileña quedando frente a ella. -Disculpa Violeta, quería hablar contigo.

-Eh claro, sin problemas. -A Violeta le pilló muy de imprevisto que su vecina de arriba quisiera hablar con ella, y se empezó a poner ligeramente nerviosa, sobre todo porque esa chica pelinegra se había dirigido perfectamente a ella por su nombre y ella no conseguía recordar el suyo. -Eh perdona, ¿Tú te llamabas...?

-Chiara.

-Ay si es verdad, Chiara.

-Bueno era solo disculparme, fue mi cumpleaños y por eso monté una fiesta anoche, pero que de todos modos se nos fue un poquito de las manos.

-Tengo un niño pequeño, espero que entendieras que mis quejas estaban más que justificadas.

-Si si de verdad, si yo sentí muchísima vergüenza de que tuvieras que venir a quejarte, pero es que mi novia estaba un poquillo perjudicada por el alcohol y se vino muy arriba. -Empezó a hablar Chiara de carrerilla queriendo justificarse. -Que por cierto ella lo siente mucho también eh.

-Bueno no te preocupes, ya está solucionado.

-Es que a ver... También quería disculparme por otra cosa... -La menorquina se empezó a poner todavía más nerviosa, no sabía como explicarle a aquella chica que el incidente de las 6 de la mañana también habían sido ellas. -Verás... Lucy, mi novia, es que cuando bebe mucho pues se le van un poco de la mano las bromas...

Ella siempre me entiende [Kivi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora