Talante de querer y esperar

Capítulo único

En la entrada de la escuela están reunidos algunos de sus compañeros de la clase 1-A. Todoroki Shoto se acerca con una sonrisa pequeña y algo de curiosidad. La conversación está empezada, Shoto identifica que va sobre San Valentín, especular acerca de los regalos que los esperan en sus casilleros y reconocer lo extremadamente popular que es Todoroki. Al chico bicolor le resulta extraño y no dice nada, pero está convencido de que el más popular no debería ser él. Tiene argumentos bien formados y listos para enfrentar y ganar cualquier debate: Bakugou Katsuki debe ser el más popular entre las mujeres. Es lo más lógico. A las chicas siempre les gusta el chico rudo en las novelas de romance que Shoto lee. Y sabe que también les gusta cuando las ignoran, por esas razones se forman clubes de fans, él lo ha leído en mangas de deportes.

Entonces, Midoriya hace el comentario de que Katsuki no es muy popular, que nunca en sus años de escuela lo ha visto recibir chocolates y añade que no entiende el porqué de eso. Shoto concuerda, porque tampoco le encuentra sentido. ¿Por qué no les gustaría? Tiene buen físico y cuando no está gritando su voz se vuelve cautivadora. Quizá en su escuela anterior nadie tuvo la oportunidad de escuchar su voz real, verlo en su semblante serio o simplemente cuando no fruncía el ceño. Quizá no lo habían visto entrenar sin camiseta, marcando los músculos, o bebiendo agua, o secándose el sudor de las manos con una toalla, o curando sus heridas de combate en la enfermería. Quizá no lo habían visto reír o ver la televisión recostado en el sillón, o concentrarse en sus estudios, o cocinar con tranquilidad, o durmiendo. Quizá nadie, más que él y sus compañeros, había podido notar aquello. Y de repente, la idea le da cierta pena, el mundo se estaba perdiendo de ver algo espectacular.

Aunque al parecer el resto del grupo no opina igual.

Shoto pestañea confundido al escuchar el razonamiento de sus compañeros, algunos de ellos incluso son los amigos de Bakugou. Dicen cosas como "cara de perro con rabia", o "actitud de delincuente", y "humor podrido". Y Shoto no puede entender que las personas más cercanas a él no vean lo que él ve.

Midoriya replica en apoyo a su amigo de la infancia. Shoto está seguro de que su amigo de pecas miles es el único que tiene dos neuronas funcionando, porque es el único que dice las cosas con las que él coincide.

En medio de la flemática discusión, una chica se acerca a ellos. Shoto la reconoce, es del curso general, la vio en el festival cultural, Mineta había dicho que seguramente estaba buscando a alguien que le gustaba.

Con el recuerdo, la idea cierra perfecta en su mente, después de todo ese era el día de los enamorados. La chica, seguramente, iba a declarar sus sentimientos y buscaba a...

—Disculpen, ¿Bakugou Katsuki vino a clases hoy?

Su pregunta crea una ola de silencio. El cuerpo de Shoto se tensa, ahora la mira con otros ojos. Tiene la falda corta y medias largas, lleva el saco y la corbata bien arreglados, el pelo corto decorado con broches dorados, los ojos luminosos, los labios en una sonrisa nerviosa, las manos temblorosas alrededor del asa de su bolsa.

El tiempo se espesa. Quiere decirle que Bakugou no está. Pero Kirishima encuentra a Bakugou cruzando la puerta de entrada y lo llama de forma exagerada. Algo en su interior se sacude violentamente, quiere que todo se detenga en ese instante.

Bakugou hace una seña con la cabeza, Shoto puede distinguir en el movimiento de sus cejas que no está de mal humor, que le agradó ser llamado por sus amigos. Se acerca y entonces la ve, la cara se le pone en una expresión difícil de interpretar. Shoto cree que solo está confundido. Pero ve cómo el rubio ceniza acepta hablar con la chica sin chistar y la sigue hacia unos árboles.

El resto del grupo y él los siguen con poca discreción. Pero la pareja no les presta atención. Igual se esconden detrás de unos canteros con plantas florecidas.