Hábitos. Kye x Lay Angust

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Kye se encontraba en el bar, su refugio temporal de una realidad que le dolía enfrentar. La luz tenue y el sonido constante de vasos chocando proporcionaban un consuelo amargo. Cada sorbo de su bebida era un intento de ahogar el dolor que sentía, pero nada lograba apagar el fuego que ardía en su pecho.

Habían pasado semanas desde que Lay se fue. Cada día desde entonces, Kye había seguido la misma rutina destructiva. Se emborrachaba hasta perder la noción del tiempo, buscando cualquier excusa para no volver a casa, donde cada rincón le recordaba a ella.

El bar estaba más lleno de lo habitual esa noche, pero Kye no prestaba atención a las caras desconocidas que lo rodeaban. Su mente estaba fija en Lay, en su sonrisa, en el sonido de su risa, en la forma en que solía mirarlo con amor. Ahora, esos recuerdos eran puñaladas constantes.

De repente, su teléfono vibró. Un mensaje de texto. Con manos temblorosas, lo desbloqueó y vio el nombre de Lay en la pantalla. "Necesitamos hablar", decía el mensaje. Un nudo se formó en su garganta. Sabía que este momento llegaría, pero no estaba preparado para enfrentarlo.

Salió del bar, el aire frío de la noche golpeándolo como una bofetada. Caminó hacia el parque cercano, el lugar donde solían pasear juntos. Se sentó en un banco y esperó, su corazón latiendo desbocado.

Lay apareció unos minutos después, su silueta iluminada por las farolas. Se acercó lentamente, con una expresión que mezclaba tristeza y determinación. Se sentó junto a Kye, pero mantuvo una distancia que parecía insalvable.

"Kye," comenzó Lay, su voz temblando ligeramente, "esto no está funcionando. No puedo seguir así. Te he visto destruirte a ti mismo día tras día, y me rompe el corazón. Pero no puedo seguir siendo parte de esto."

Kye sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. "Lay, por favor. No te vayas. Puedo cambiar, lo prometo."

Lay negó con la cabeza, sus ojos llenos de lágrimas. "No se trata solo de promesas, Kye. Necesitas ayuda, y yo no soy capaz de darte lo que necesitas. Me duele verte así, pero me duele aún más pensar en lo que podría pasarte si sigues por este camino."

"¡No entiendes nada!" Kye levantó la voz, la desesperación filtrándose en cada palabra. "Estoy haciendo lo mejor que puedo. Cada día es una lucha sin ti."

Lay tomó una respiración profunda, intentando mantener la calma. "Kye, te amo, pero esto no es vida. No puedo ser testigo de tu autodestrucción. Me mata verte así y saber que no puedo hacer nada para ayudarte."

"¡No necesito tu lástima! ¡Necesito que estés a mi lado!" Kye gritó, su voz resonando en la quietud de la noche. "¿Es tan difícil de entender?"

"¡No es lástima, Kye! Es amor. Pero incluso el amor tiene sus límites." Lay se levantó, sus manos temblando. "No puedes seguir culpándome por tus problemas. Tienes que enfrentar tus demonios, y yo no puedo hacerlo por ti."

El silencio se instaló entre ellos, cargado de dolor y desesperación. Kye tomó la mano de Lay, aferrándose a ella como si fuera su salvavidas. "Te amo, Lay. No puedo hacer esto sin ti."

Lay apretó su mano, sus lágrimas cayendo libremente. "Yo también te amo, Kye. Pero a veces, amar a alguien significa saber cuándo dejarlo ir. Espero que algún día puedas perdonarme."

Se levantó y, con una última mirada de tristeza, se alejó. Kye la vio desaparecer en la distancia, sintiendo que su corazón se rompía en mil pedazos. Se quedó en el banco, solo, con el eco de sus palabras resonando en su mente.

La noche se hizo más oscura, y Kye supo que había llegado al punto más bajo de su vida. Con el corazón destrozado y la mente nublada por el dolor, comprendió que tendría que enfrentar sus demonios solo, sin Lay a su lado.

Y mientras el frío de la noche lo envolvía, Kye tomó una decisión. No podía seguir así. Por el amor que todavía sentía por Lay, por la esperanza de un futuro mejor, debía buscar la ayuda que tanto necesitaba. Porque, a pesar de todo, quería ser digno del amor que Lay le había dado.

Perdón por el capítulo corto, hice lo mejor que pude para hacerlo largo pero rápidamente perdería su significado. Esta vez invertí los roles, Kye es quien sufre ahora.

One-Shots YeosMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora