Marissa Da'Nae la vlogger latina que está trending y de quién todo el mundo habla pero, nadie sabe más de ella que Dei V el cantante más pegado ahora mismo en la isla.
Ellos tienen historia y ya mismo viene Dei V a darles la dosis.
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Junio 10, 2...
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➤DANNY ·
Mi mamá y mi hermana comenzaban a volverme loca, han estado todo el día detrás de mi, jodiéndome con las mismas preguntas sin yo tener respuestas —no podía decir que no, tampoco podía decir que sí—, y es que, hoy es cumpleaños del amor de mi vida, mi pequeño Gerardo Daniel.
—¿Y su papá? Dizque es su consen’ y que es su rey... —decía mi mamá con los brazos cruzados y una mirada odiosa sobre mi.
—Te dijimos que no era buena opción irte con “Dei V” pero, no te importó... Y mírate ahora, ¿dónde está él? —esa fue mi hermana, con la misma actitud pedante que mi mamá.
No les daba la cara, seguía atendiendo a mis invitados por mi cuenta, pendiente a todo incluyendo a mi nene. Quise que todo fuera muy privado, solo amigos y familia —tanto mía como de David—, jamás lo dejaba fuera de los planes que tenía para Gerry, a quién le decíamos así gracias a su papá.
—Yadi, ¿puedes venir, por favor? —sí, la mujer de Chimi, mi mejor amiga.
Ella asintió viviendo conmigo, dejando a la nena con su marido y rápidamente corriendo, se acercó mirando a mi mamá y hermana con bastante seriedad.
—¿Te siguen jodiendo por Dei? —dijo bajito, intercambiando miradas entre ellas y fijándose en mi.
Exhalé con fuerza por la boca, exhausta y asentí tratando de qué mis lágrimas no terminaran por salir de mis ojos pero, me era casi imposible seguir ocultando que me dolía no tenerlo presente en el cumpleaños de nuestro hijo.
—¿Dónde está? Chimi dijo que iba a llegar tarde pero, ya vamos a terminar con la fiesta... ¿Si vendrá? —comenzaba a atacarme la maldita ansiedad.
Asintió rápidamente, acomodando mi cabello por detrás de mis hombros y mirando a ambos lados, me habló bajito.
—Se retrasó el vuelo, lo perdió o algo así... Pero, si viene... Tú tranquila nena, que Dei viene sí, o sí —respondió segura.
Respiré hondo tratando de sonreír y calmarme un poco, dejando de lado todo ese mal que habían provocado en mi esas dos que llevaban mi sangre. Traté de sonreír, ya que ahí venía ese nene precioso idéntico a David.
—¡Mami! —gritó levantando sus bracitos y lo cargué rápidamente.
—¿Qué pasó, papi? ¿Te estás divirtiendo, eh? ¿La estás pasando bien, mi amor? —le sonreía, besaba sus cachetitos preciosos y olía su cabecita.
—¡Sí! Pero, ¿y papi?
—¿Papi? Hmm, tu papito está ocupado ahora, pero...
—No va a venir, es mejor que se lo digas de una vez, Danny —llegó mi hermana con esa pésima actitud, obligándome a bajar al nene.
