Prólogo

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Abre el sobre dónde estaban los resultados que necesita leer con urgencia, un doncel joven y fértil como él estaría en problemas si tuviera un embarazo a esta altura de su vida, sigue siendo un estudiante, está en el último grado.
Le da coraje que se dejará llevar por la lujuria y permitiera que su antiguo compañero de la secundaria hiciera con él lo que quisiera ¡Y luego en un maldito callejón! ¿Qué estaba mal en él? Está bien, lo admite, siempre le pareció atractivo a pesar de sus expresiones duras, era inteligente pero no lo demostraba, prefiere estar apartado. Desde el preescolar cuando todos presentaron un quirk y Katsuki no, fue motivo de burla, cuando se dieron cuenta que la persona que lo dejaba y recogía de la escuela era su tío, que sus padres no se hacían cargo de él, las cosas empeoraron.
¿Cómo pequeños niños tenían tanta maldad? Era algo que se preguntaba Izuku, pues mirar al cenizo llorar no era nada grato.

Una tarde Katsuki no regresó al salón, a pesar de que el pecoso le preguntó muchas veces por su compañero, a la maestra no le importó. Izuku salió al baño para buscar a Katsuki, lo encontró sollozando detrás de los baños, el lugar más alejado del salón, abraza algo con mucha protección.

—Kacchan ¿Te duele la pancita? -
Le pregunta con inocencia.

El rubio voltea a mirarlo, sorbe su escurrimiento nasal. Ese niño siempre es amable, así que no dudó en confiar en él.
—Me invitaron a jugar a buscar el tesoro y yo no quería porque querían usar mi juguete, pero lo tomaron y... — Muestra un muñeco de acción, tiene un brazo roto.

Izuku lo observa a detalle, esas cosas también le pasan a él, pero no es algo grave para llorar.
—Solo es un juguete, debes tener más en casa ¿No?

Katsuki abraza el muñeco de vuelta.
—Este juguete me lo dió mi papá.

—Sip, como siempre pasa. -
Responde tranquilo.

—Mi papá se fué.-
Anexa con el corazón apachurrado.

—Oh — se pone a pensar un poco para entender, se agachó a su altura — ¿Se fue al cielo? Mi perrito también se fue al cielo.

El cenizo lo mira molesto.
—No, no se fue al cielo, solo se fue.

—¿Tú mami no sabe a dónde? Las mamás siempre lo saben todo. -
Dice emocionado.

Katsuki muerde su labio inferior que amenazó con temblar.
—Mamá se fue antes que papá.

Las opciones del pecoso se estaban acabando y no sabía que más hacer.
—Eso es un problema. Pero puedo darte un juguete, yo tengo muchos.

—No. -
Responde molesto.

—Después resolveremos esto, debemos ir al salón. -
Se pone de pie y se aproxima un poco más.

—¡No me toques! —Le aleja la mano, pero Izuku insiste en tomarlo. Eso enoja a Bakugo y hace que lo empuje con fuerza —¡Déjame en paz!

Izuku cae sobre sus glúteos, la acción le sorprendió, así que sus ojos se llenaron de lágrimas a gran velocidad.

—¡Katsuki! — Escuchan la voz de su maestra, lo que provoca que ambos se asusten —¿Qué le hiciste a Izuku? — Lo carga para revisarlo — Eres tan grosero y salvaje como siempre Katsuki, por eso no tienes amigos.

El cenizo se encoge, abraza inconscientemente su cuerpito buscando protección, es un niño pequeño, pero aprendió a llorar en silencio porque si hace ruido molesta a los demás, así que sus lágrimas caen como ríos. Lastima que para la maestra siempre eran lágrimas de chantaje.

Recuerda su muñeco, se lo muestra esperando que pueda arreglarlo.
—¿Por eso lastimaste a Izuku? No debiste empujarlo, dale una disculpa.

El rubio aleja su muñeco con miedo.
—Me lo dió papá. -
Dice en un susurro

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⏰ Última actualización: Jun 26 ⏰

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