No puedo

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Ricky

No sé cuántos vasos de whisky nos tomamos, pero ninguno de ellos hicieron olvidar el enojo que tenía.

Me senté cerca de Zoe y ella miró cada uno de mis movimientos. Cuando tuve frente a ella, bajé mi cara para reclamar sus labios. Besaba bien, agarré su cintura y la coloqué en mi regazo, ella envolvió sus manos en mi cuello profundizando el beso.

Agarré su trasero y luego la giré para que quedara acostada en el sofá mientras yo estaba encima de ella. Me despegué de sus labios y la miré.—"Quieres hacer esto".— dije buscando su confirmación.

Pero en lugar de palabras, volvió a bajarme para besarme, empecé a subir su vestido y ella agarró mi camisa en sus manos.Bajé por su cuello dejando beso, ella inclinó la cabeza para darme mejor acceso.

Estaba a punto de romperle el vestido pero me detuve.«No puedo hacer esto» Me separé de ella y Zoe me miró sin entender mi actitud tan repentina.

—"¿Qué pasa?" — pregunta sentándose de nuevo.

—"No es justo para ti, no merece mi enojo".

—"No te preocupes, no haremos nada si no estamos los dos seguros".

Le sonrió antes de pasarme una mano por mi cara. —"Te importaría esperarme aquí, necesito usar el baño".

—"No al problema".

Fui al baño y me eché agua entre la cara; me miré al espejo sin comprender mi actitud.Porque simplemente no lo hice, me sentía mal por lo que acababa de hacer.

«Maldita mujer» Era una especie de droga.

Cuando salí del baño, Zoe me miró. — "Prepare la bebida, espero que no te importe".

—"Claro que no".

Empezamos a tomar, alrededor de una hora me sentía más mareado de lo normal.

—"Tienes a alguien que te lleve, ya es tarde". — Digo preocupado por Zoe, no quiero que le pase nada.

—"No".

Me levanté del sofá. —"Vamos, te llevaré". — Pero todo empezaba a dar vuelta, al parecer tomé más de la cuenta.

—"Si conduce así podríamos tener un accidente".

—"Entonces duerme aquí en una de las habitaciones".

—"No sería mucha molestia".

—"Claro que no". — Agarré su brazo y empecé a caminar. —"Vamos, la habitación está por aquí".

Cuando entré, le indiqué dónde estaban cada cosa, todo empeoraba, ya no sabía ni lo que estaba diciendo. Joder, seguro que el alcohol me pego más fuerte por el enojo que tenía.

Cuando empecé a salir de la habitación, Zoe me detuvo. —"Ven, acompáñame a la cama".

Guerra de Amor {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora