4: 'the mission'

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A la mañana siguiente, Quirón trasladó a la Percy a la cabaña 3.

Después de lo que él les había hecho a los de Ares en el bosque, la cabaña 11 se ponía nerviosa cerca suyo, así que me tocaba compartir las lecciones particulares con Luke, quien cada día me hacía darme cuenta de que había cambiado. Nos presionaba más que nunca, y no temía magullarnos en el proceso.

—Van a necesitar todo el entrenamiento posible —nos dijo, mientras practicábamos con espadas y antorchas ardiendo—. Vamos a probar otra vez ese golpe para descabezar la víbora. Repítelo cincuenta veces.

Annabeth y yo seguíamos enseñándole griego por las mañanas, pero ella parecía distraida. Cada vez que Percy decía algo, lo reñía, como si acabara de darle una bofetada. Después de las lecciones se marchaba murmurando para sí misma: «Misión... ¿Poseidón...? Menuda desgracia... Tengo que planear algo...»

Incluso Clarisse mantenia las distancias del chico, aunque sus miradas cargadas de veneno dejaban claro que quería matarlo por haberle roto la lanza mágica.

—No te preocupes, Percy—dije consolándolo mientras lo acompañaba de vuelta a su cabaña luego de las lecciones con Luke—. Con el tiempo se van a dar tiempo de conocerte. A ti, no al hijo de Poseidón.

—¿Te paso algo parecido cuando tu padre de reclamo?—preguntó el.

—Se podría decir. Técnicamente él no tenía permitido reclamarme, pero se lo paso por los huevos.

—¿Y como fue?—dijo entre risas—. Ser hija de Hades suena mucho peor que ser hijo de Poseidon.

—Hades es un buen padre, mucho mejor padre que la mayoría de los dioses—explique—. Lo único malo son los prejuicios de los otros campistas, ellos enseguida me retrataron como la despiadada hija del dios más temido, y yo solo tenía 7 años.

—Pero, si Hades no tiene cabaña y tampoco tenía permitido reclamarte...

—Sucedió en el solsticio de invierno—empecé relatando la historia—. Ya había dado señales de ser hija de Hades, pues con 7 años no se me daba muy bien controlar mis poderes, pero seguía en la cabaña de Hermes con los otros chicos. Nos fuimos de excursión al Olimpo, como todos los años, y en cuanto Hades me vio... en seguida apareció su marca sobre mi cabeza. Persefore me llevo con ella aparte y me explico todo mientras Hades discutía con Zeus y Poseidon, ella fue muy amable conmigo, a pesar de ser esposa de mi padre. Siempre nos llevamos bien. Luego entro mi padre a la habitación y me abrazo, algo que no suele pasar entre los dioses y sus hijos. Me pidió perdón por no haber estado allí durante los abusos de mi madre y su esposo, pero que siempre me observo y se preocupó de que estuviera bien. Cuando volví con el grupo, todos murmuraban y me señalaban. No entendí porqué hasta que Annabeth me explico que mi papá le había gritado a Zeus y Poseidon y que los había amenazado con comenzar una guerra en contra de todos, incluido el campamento, si no se me arreglaba un lugar donde dormir que no fuera la cabaña de Hermes. Es por eso que duermo en la habitación de invitados de la Casa Grande.

—Nunca pensé que el dios del inframundo sería tan amable con sus hijos—confesó Percy, extremadamente atento a mi relato—. ¿Como fue después de eso? ¿La gente te trataba diferente?

—Annabeth y Luke fueron los únicos que no se alejaron de mi—continué—. Pero el resto de los campistas me tenían mucho miedo. Como tampoco había mesa para mi en el campamento, tenía permitido comer en cualquiera, siempre y cuando no sean las de Zeus, Poseidon o Hera. Y yo siempre terminaba comiendo sola en la mesa de Artemisa. Era muy pequeña, y en verdad me costaba entender porqué la gente creía conocerme solo por quien era mi padre. Me canse, un día me acerque a Quirón y le pedí que me llevara al inframundo a vivir con mi padre.

Hades' child; sometimes lucky Donde viven las historias. Descúbrelo ahora