La señora Swift salió del auto que la trajo a la casa de su hija en California, esa mansión le gustaba mucho, ya tenía algunos años siendo una valiosa posesión de Taylor, se sentía bastante orgullosa de las cosas que ha logrado su hija con su talento, vio que Travis estaba en la entrada de la casa, suponiendo que iba de salida, el chofer puso su maleta en la parte de la puerta.
—Gracias— le dijo al hombre, este se despidió y subió al auto para irse, ella avanzó y saludó. —Hola, Travis—
—Señora Swift, hola— se sentía como si fuese a tener un examen oral, de esa época cuando se iba a la escuela y los maestros tenían permiso de pegarle a sus alumnos si fallaban a las preguntas de las pruebas.
—¿Te vas? — vio que iba con equipaje.
—Sí, vuelvo en unos días— bajó su maleta y tomó la de su suegra para meterla dentro de la casa, ya iba tarde para irse, pero tampoco dejaría de ser un sujeto educado.
—Gracias, Travis— se le quedó mirando el cuello.
Él sintió la mirada, claro que se dio cuenta de la obra maestra que su hija hizo en su cuello. —Bueno— se aguantó la risa. —Fue un placer verla, pero ya me tengo que ir, nos vemos en unos días—
—Buen viaje, Travis— ella estaba muy sonriente.
—Gracias— sintió raro, venía muy feliz, por alguna razón, pues se portó como al inicio de su relación con Taylor, ¿Estaría pasando algo de lo que él no estaba enterado?, no sabía y justo en ese momento, se tenía que ir, ya no iba a poder indagar nada, se tendría que aguantar con el misterio y eso era algo que no le gustaba hacer.
Subió al vehículo que ya lo estaba esperando para ir al aeropuerto y con muchas preguntas en su cabeza, se fue, no tenía opción, lo que sea que estuviera pasando tendría que esperar hasta su regreso a Los Ángeles, igual, podía ser solo coincidencia.
Dentro, Andrea dio paso a la enorme mansión, las luces se hallaban apagadas en la mayor parte de la casa, solo el vestíbulo se encontraba encendido, Andrea subió con su equipaje, a mitad de los escalones se encontró con Scott.
—Hey, no pensé que vendrías justo hoy— sonrió.
—Hola, sí, pensé que sería mejor venir, ya sabes— le miró sonriente.
—Te ayudo con tu equipaje— el señor Swift tomó la única maleta de Andrea y le ayudó con la misma.
Ellos dos estaban ocultando algo que nadie sabía, subieron a la segunda planta, ayudándole a dejar sus pertenencias en la habitación de invitados, Andrea palmeó el hombro de Scott en señal de agradecimiento, él simplemente le sonrió y se fue de ahí.
La señora Swift quería saludar a su hija y nietos, seguro que continuaban despiertos, porque apenas se había ido Travis, salió de la pieza y caminó por el pasillo, dándose cuenta de que la habitación donde se quedan Evie y Charles estaba abierta y vacía, así que, por obviedad, todos se hallaban en la recamara principal, lentamente se asomó encontrándose con la tierna escena de Taylor con sus hijos mirando en la televisión algo que parecía una caricatura con perros como protagonistas.
—¿Se acabaron los días de ver programas policiacos? — Andrea entró riendo.
—Hola, mamá— rio, tenía razón, todo mundo sabe que cuando tienes hijos, la mayor parte del tiempo ellos acaparan todo. —¿Cómo estás?, te esperaba la semana entrante—
—Estoy bien, ¡Sorpresa! — dijo riendo, estaba en especial feliz.
Taylor la miraba de pies a cabeza, ¿Estaba pasando algo que ella no entendía?, seguramente era porque se acercaba la revelación del bebé y eso la tenía especialmente animada. —Bebés, saluden a la abuela— miró a sus hijos.
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Eres mi juego final
FanficTaylor y Travis, después de un año de relación, se han convertido en padres de sus mellizos Evie y Charles, encontrándose con nuevos retos ante una paternidad bastante sorpresiva pero muy deseada, ¿Qué es lo que le depara a la famosa cantante y el j...