Lucifer aún no podía hablar con Lilith, ya que esta misma aún no ha despertado. Ya han pasado dos días desde aquel suceso, por lo cual atribuía que esa maldición tiene que ser la causante del no despertar de Lilith. Hace una mueca, tuvo que ser muy potente y le tuvo que caer demasiado mal para que quedará tan cansada.
Suspira, aunque agradecía qué su hermano este bien y mejor al respecto de lo ocurrido aquel día, porque hasta tiene su actitud de siempre. Igualmente va a cerciorarse de que este bien al 100%, de todos modos, lo ocurrido fue un golpe bajó.
Es de noche, así que antes de salir de su hogar, se aseguró de que sus pequeños estuvieran bien dormidos, lo cual si esta pasando, además de lo mencionado, le mandó un cuervo a Verrine, ya que necesita hablar con ella. Quiere hablar con su mejor amiga.
Estuvo sentado encima de una roca, viendo el cielo, el cual esta completamente oscuro con algunas pequeñas manchas moradas. Le gusta esa vista, pero nunca le va a gustar tanto como el cielo estrellado; suspira, eso es lo único que extraña de ese lugar.
Las estrellas siempre le gustaron, cada vez que las veía, sus ojos se iluminaban. Podía pensar que siempre habría luz en la oscuridad, por cuando pasó aquello, creyó que aquello al final no existía, pero al final se dio cuenta, gracias a todos los que estuvieron a su lado, que siempre en los días más horribles, habrá algo o alguien que te pueda sacar de estos y guiar hacia la luz.
Siente unas manos en sus hombros y como estos empiezan a ser acariciados. Sonríe un poco, sabe que se trata de Verrine, así que gira un poco su cabeza para verla, encontrándose con aquellos ojos celestes, de los cuales nota su preocupación.
Aún se siente mal por no haberle traído lo que le prometió, hasta se lo mencionó por carta el otro día, y claramente se disculpo. No le gusta romper sus promesas, no como lo que le hizo Miguel. Por esa simple razón, también se quiere disculpar cara a cara con ella. No quiere perder a su amiga.
—Perdón por no traerte nada —le mencionó con tristeza, por lo cual ve como ella niega un poco.
—No importa, ya te lo dije —la mejilla de ella se acaricia contra la suya.
Se dio cuenta que Verrine tiene cuidado con esa muestra de afecto para que los cuernos de ambos no se choquen ni se queden atorados entre si.
—Por lo que dijiste de esa... Eh... ¿Humana?
—Si —le susurra.
—Bueno, en ese momento era lo más importante. Un pasó a la vez —la ve sonreir un poco—. Y, ¿de que necesitabas hablar?
Le hizo un espacio en la roca para que se sentará, ya que como esta misma es bastante grande, podían caber ambos sin ningún problema. Palmea su lado derecho y Verrine no tardó mucho en sentarse, podía notar su mirada de curiosidad, además de que movía su cabeza de un lado a otro.
Le contó lo que ocurrió ese día y que ahora Lilith no despierta; que se sentía bastante curioso de querer saber el porqué de esto o si la maldición tenía algo que ver con aquel sueño, el cual parecía ser eterno.
Después de contarle a alguien más lo que ocurre, se sentía bien, ya que de este modo podía ver otros puntos de vista, y por consecuencia, tener otra opinión. No se debe de mantener solamente con la suya.
—Tal vez le halla sentado mal... —le escuchó susurrar, notaba su mirada pensativa— Una maldición es muy peligrosa, más para la víctima.
—Lo se. Lo he visto en algunos cuando practicaban —dijo refiriéndose a los del cielo, por lo cual no pudo evitar lanzar un sonoro suspiró—. Pero por parte de ese tipo, nunca le vi hacer algo parecido. Claro, en mi presencia.
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A Su Debido tiempo (Omegaverse)
Fantasy𝔸𝕕𝕧𝕖𝕣𝕥𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕔𝕠𝕟𝕥𝕖𝕟𝕚𝕕𝕠: -𝔸𝕓𝕦𝕤𝕠. -𝕄𝕒𝕟𝕚𝕡𝕦𝕝𝕒𝕔𝕚𝕠́𝕟. -𝔸𝕦𝕥𝕠𝕝𝕖𝕤𝕚𝕠𝕟𝕖𝕤. -𝕄𝕖𝕟𝕔𝕚𝕠́𝕟 𝕕𝕖 𝕤𝕦𝕚𝕔𝕚𝕕𝕚𝕠. ~~~ Un omega, nació siendo de esa casta pero eso no impidió qué pudiera ser igual de importan...