RANAS.

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Quería vomitar.

Toda mi habitación, absolutamente toda estaba repleta de esas pequeñas criaturas, viscosas, verdes, indeseables... No sabia que hacer y no había opción a que alguien haya entrado a mí casa, mucho menos a mi habitación y haya puesto todas esas ranas mientras yo salí a comprar un par de chocolates.
La primera idea que vino a mi mente fue que el autor de esa indeseable broma era Peter. Le caigo mal desde que lo acuse de filmar a las profesoras mientras estas estaban en el baño... En fin, es una larga historia.
Decidí entonces que era hora de arreglar todo ese desorden, al fin de cuentas, a nadie le iba a importar que me hayan hecho eso... Mucho menos a una madre que después de quedar viuda no puede hacerse cargo de todo. Empece a recoger a esos asquerosos engendros del moco lo mas rápido que podia. Cada vez que cogía uno este se retorcía dejándome la mano llena de ese material viscoso.-waggg- pensé. Termine de limpiar y en el momento en el que me disponía a salir de mi cuarto vi una extraña nota pegada a la parte trasera de mi puerta, se podía distinguir que a simple vista era caligrafía femenina: "Hola damien, perdón por lo de las ranas. Solo que no veía otra forma de relacionarme contigo..."

Me quedé frío, creo que la opción de que alguien haya entrado, evadiendo a mi madre y a mi hermana se haya tomado el tiempo de "implantar" esas asquerosas ranas y haya dejado una nota era muy obvia. Lo malo es que no tenia ni la menor idea de quien podría haber  sido y ahora pienso que es muy poco probable de que Peter sea el culpable, el nunca dejaría una nota como esa, en especial con caligrafía de chica. No le di mucha importancia asi que la arrugué y la bote a la basura.
Termine de recoger todas esas ranas de mi habitación, entonces pensé en sacarlas de la casa. Cuando bajé mi madre estaba sentada en el sofá viendo su programa favorito usando el suéter Viejo de papá.
-A donde vas? -dijo en un tono desconfiado y distraído mientras seguía mirando la TV.
-Mmm... Quiero tomar un poco de aire, estoy un poco aburrido y el cielo esta despejado Para ver estrellas.
Sabia que si le decía lo de las ranas ella no le tomaría mucha importancia, asi que la mayoría de veces, prefería no decirle las cosas malas que me pasaban.
Salí al jardín y deje las ranas al costado de un pequeño riachuelo Que quedaba lo suficientemente lejos para no volver a ver a esos animales. Cuando estaba de regreso, mire al cielo y en efecto, estaba despejado y logre ver un par de estrellas fugaces.
 Despues de eso regresé a mi habitación, saque una pijama nueva que mi abuela me había hecho cuando tenia doce años pero que aun me quedaba y unas sabanas limpias (ya que todas las cosas que estaban sobre mi cama, y mi cama, estaban empapadas de moco de rana) y me recosté en mi cama. Tenia sueño, pero no podía dormir. Lo único bueno que puedo hacer cuando tengo sueño es quedarme boca arriba con los ojos abierto s y mirar el mismo techo de siempre, el mismo techo que sabes que has mirado toda tu vida y que dejarás de ver el día en el que te vayas de esa casa a "buscar una vida mejor" o a "hacer algo útil por tu vida", el mismo techo que mirabas cuando tu padre te conto la última historia antes de dormir, antes de salir a ese viaje del cual nunca regreso... Miro ese techo y me pongo a pensar en muchas cosas que, en su mayoría, tienen un porcentaje demasiado bajo de realidad como para que puedan suceder. He conocido gente (como Michael, mi mejor amigo) que dicen que es mejor ir por las cosas que tienes mas posibilidades de que si puedan suceder a que tener que inclinarse por las que tienen mas posibilidades de que NO pasen. A la.mierda, yo no les creo.
Recuerdo que ponerme a pensar en todo eso es muy raro para un adolescente común de dieciséis años, asi que me pongo mis SkullCandy y reproduzco mi playlist de Ed Sheeran. Me quede dormido a los diez minutos solo que hay un problema. Aún sigo inquietado por la nota detrás de mi puerta.
Esa noche, tuve mas de un sueño al que se le puede decir raro. Uno de ellos era donde yo me perdía en un bosque y llegaba a un pantano donde habían demasiadas ranas y empezaban a subirse por toda mi ropa y cuando están llegando a mi rostro, me despierto.
Con respecto a mi pequeña fobia por las ranas... Todo empezó cuando cumplí nueve. Fui de campamento con mis padres a un bosque no muy cerca de la ciudad, estaba super emocionado, en ese entonces amaba a todo lo que tenia que ver con la naturaleza. Pensaba que todo iba a ser completamente emocionante. Y lo hubiera sido si una asquerosa rana no hubiera entrado por un abertura invisible de mi carpa, luego a mi bolsa de dormir y luego, a mis calzoncillos. Preferiría no contar el desenlace salvo que desde ese dia empecé a odiar a las ranas.

Al dia siguiente me despertó un par de moscas que rondaban mi cara. Seis y media de la mañana, mamá y Katie aun no deben de haber despertado. Me levante y me dispuse a a hacer toda la misma rutina de siempre: Hacer la cama, bañarse, vestirse escuchando música, bajar a la cocina, saludar a mamá y a mi hermana menor, desayunar, alistar mis cosas e irme a la escuela. Solo que hoy fue diferente. Me sentía distinto, como si tuviese una tonelada de pensamientos en mi cerebro. No sabia que era, nunca me había sentido asi.
Logre hacer la mayoría de cosas que se supone que debo hacer en las mañanas, baje a la cocina, salude a mi madre y a katie. Mientras tomaba una taza caliente de café pensaba que todo ese malestar se debía a que el dia anterior dormí muy poco gracias a las pesadillas con las ranas.
Parece que mi madre noto mi raro comportamiento.
-Estas bien? -dijo
-Sisi... Solo estaba pensando en las clases. -mal, no debi haber dicho eso-
-en las clases? Algo malo ha pasado? Sabes que esta es la tercera escuela en la que estas dentro de dos años y no quiero que vuelvas a tener problemas, me entiendes!?

Mamá era un poco... Nerviosa. Desde que  me llevo a un psicólogo a los diez años y le dijeron que yo tenia TDAH (transtorno por deficit de atención  con hiperactividad) se ha vuelto muy preocupada respecto a mi comportamiento en clases y toodas esas estupideces que te dicen en las escuelas para volverte "uno mas del montón".

-Si, mamá. Creo, que mejor me voy, no quiero llegar tarde, de nuevo. Me llevo a Katie por el camino.
- Ok Damien. Ah si, me olvidaba. Hoy te llegó correspondencia. -y me entrego un pequeño sobre amarillo con letra poco legible que decía "leelo solo".
Me asusté pero contuve la cara de nerviosismo porque no quería otro sermón de mi madre. Subí a mi habitación y escondi el sobre bajo mi colchón.

Salí de mi casa pensando sobre en que podría esa carta. Lo mas probable es que sea una carta de Michael donde podría haber desde ayuda para algún examen, asi como  datos de chicas para que me fije en alguna de ellas y, según el: " salga de mi vida de rarito". Al final de todo, no estaba tan avergonzado de ser un raro.
Pero aún seguía la duda sobre que podría ser esa carta.

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