"En los laberintos de la traición, como el hilo de Ariadna entre sombras, se tejían nuevos enigmas."
Londres, Presente.
Han
Han no había dormido en toda la noche. La información que había conseguido sobre Julia Lambert lo había mantenido despierto, su mente girando con posibilidades y peligros. Sentado en su escritorio, repasaba una y otra vez los documentos que había obtenido, tratando de unir las piezas de un rompecabezas cada vez más complejo.
Todo había comenzado con una pista. Un nombre susurrado en una conversación que había interceptado: Julia Lambert. Decidido a descubrir más, había utilizado todos sus contactos y recursos, siguiendo cada hilo hasta llegar a la verdad.
Había visitado archivos polvorientos, hablado con personas que preferían no ser vistas, y finalmente, había encontrado a alguien que conocía a Julia. Un antiguo colega de ella, dispuesto a hablar por el precio adecuado. Lo que había descubierto lo había dejado helado.
Julia Lambert no era solo una figura del pasado. Estaba involucrada en algo mucho más grande, algo que podría poner a todos en peligro. Tenía conexiones con organizaciones clandestinas y había estado moviendo piezas en la sombra durante años. Y lo más alarmante: parecía tener un interés especial en Joans.
Con toda la información en mano, sabía que tenía que ver a Jezebel de inmediato. Le envió un mensaje, pero al no recibir respuesta, decidió ir directamente a su casa. Mientras conducía por las calles tranquilas de Londres, su mente no dejaba de pensar en lo que todo esto significaba.
Cuando llegó a la casa de Jezebel, se sorprendió al ver un coche aparcado afuera. "¿Quién vino a visitarla tan temprano?", pensó mientras aparcaba su propio coche. Salió rápidamente y se dirigió a la puerta principal, tocando con insistencia.
La puerta se abrió y allí estaba Jezebel, su expresión mostrando una mezcla de sorpresa y preocupación.
-Han, ¿qué haces aquí tan temprano? -preguntó ella, su voz cargada de tensión.
-Tenemos que hablar, Jezebel. Es sobre Julia -dijo Han, su voz urgente-. He descubierto algo importante.
Jezebel se puso nerviosa ante la inesperada visita de Han. Miró hacia el interior de la casa y luego de vuelta a Han, mordiéndose el labio inferior.
-Han, esto no es un buen momento -dijo, tratando de mantener la calma.
-¿Tienes visitas? -preguntó Han, frunciendo el ceño.
Jezebel dudó antes de responder, su mirada evitando la de Han. -No, no es eso... -comenzó a decir, pero Han, impaciente y desconfiado, la interrumpió.
-Sí, claro, Jezebel -dijo, dando un paso adelante-. ¿Quién está aquí?
Antes de que Jezebel pudiera detenerlo, Han empujó la puerta y entró en la casa sin permiso, su curiosidad superando cualquier sentido de cortesía.
-Han, espera... -trató de detenerlo, pero era demasiado tarde.
Han avanzó rápidamente por el pasillo, sus ojos buscando cualquier señal de quién podría estar allí. Al llegar a la cocina, se quedó helado.
Joans estaba sentado a la mesa, desayunando con una tranquilidad que parecía completamente fuera de lugar. Levantó la vista y lo miró con una mezcla de sorpresa y desdén.
-Oh....-Dijo Joans con un pedazo de comida en la boca. -¿Hola?
Han sintió que la sangre le hervía. Sin pensarlo, dio un paso adelante, sus manos cerrándose en puños.
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Ecos de un Amor Perdido
Novela Juvenil"Ecos de un Amor Perdido" es una historia conmovedora sobre el amor efímero y el dolor duradero de la pérdida. Jezebel, una joven apasionada por la mitología y las historias antiguas, se encuentra atrapada en el torbellino de un romance con Joans, u...