Me basta un segundo darme cuenta que la peor cosa que hice en mi vida fue venir a un partido de fútbol americano con Sunghoon. Mi corazón se acelera apenas detecto a un puñado de chicas que nos observan descaradamente, casi sin parpadear, como si estuviesen tratando de adivinar en qué momento comenzaré a intercambiar gérmenes y bacterias con él.
Él por su parte parece realmente divertido con la situación, es todo atenciones conmigo, pero en el fondo sé que lo hace sólo para molestarlas y hacerlas que me odien todavía más de lo que supongo que ya lo hacen.
Mi piel se eriza apenas su mano se posa en la mía para hacerme caminar junto a él hasta las gradas más bajas, donde un montón de personas que no soy capaz de reconocer ocupan sus lugares.
—Esta es la zona donde las familias y las novias...y amigas, por supuesto, de los integrantes del equipo se quedan durante los juegos—me dice sonriéndome. Mi torpe cerebro que parece haberse ido de vacaciones se queda en blanco ante aquella nueva información, cuando me doy cuenta que mi mano sigue enlazada con la suya lo suelto de golpe y asiento en silencio. —¡Deséame suerte, Yebin! —pide mirándome a los ojos.
Me recuerdo a mí misma la razón número dos de mi lista y suspiro pausadamente.
¡Tus ojos no son lindos! ¡Tus ojos no son lindos!
—Oye, te he visto jugar, y aunque no entiendo ni una sola cosa acerca del fútbol americano sé que eres bueno...según por lo que leí el otro día en internet una anotación así es excepcional, lo que quiero decir...—hago una pausa apenas me percato que una sonrisa se instala en sus labios— no creo que sea cuestión de suerte, eres bueno en eso y van a volver a ganar, estoy muy segura—digo y en menos de lo que soy capaz de comprender sus brazos están envolviéndome en un abrazo.
—Muchas gracias, Yebin —me dice al oído y mi piel vuelve a estremecerse. Parpadeo varias veces tratando de despertar del sueño en el que he caído pero la realidad me golpea de frente cuando caigo en cuenta que no estoy soñando.
Esto de verdad está pasando.
Está pasándome a mí.
Niego un poco y me aparto tan pronto como puedo para ofrecerle una mala mirada—Pensé que habíamos quedado en que no tendríamos nada de contacto físico, Sunghoon. —me quejo cruzándome de brazos.
Una sonrisa socarrona aparece en sus labios y las ganas de matarlo se vuelven a apoderar de mí.
—Lo lamento, no pude evitarlo—dice sonriéndome ampliamente.
Pongo mis ojos en blanco y niego un poco sin dejar de mirarlo. Soy testigo de cómo sus ojos color chocolate se desvían por encima de mi hombro y la sonrisa que portaba se esfuma de golpe, dándole paso a su entrecejo fruncido y la unión de sus labios.
Quiero preguntar qué es lo que pasa, pero su mano deshace mi cruce de brazos y tira de mí haciéndome casi tropezarme con mis propios pies en el proceso. Le suelto una mala palabra que seguro si alguna vez mi abuela me escucha repetirla querrá lavarme la boca con agua y desinfectante, pero vamos...mi abuela no está aquí.
—¿Se puede saber qué es lo que te pasa? —digo de mal humor apenas me suelta. Me tambaleo un poco pero su mirada vuelve a escudriñar la zona en la que estamos.
—¡Él está aquí! —murmura mirándome finalmente.
—¿De qué estamos hablando para empezar? ¿Quién está aquí? —pregunto llena de confusión—Espera un momento... ¿estamos huyendo de un asesino serial o algo por el estilo? Digo, porque es la única explicación razonable por la cual me hayas arrastrado desde allá...—señalo el antiguo lugar que ocupábamos un par de minutos antes—hasta acá—finalizo volviendo a cruzarme de brazos.
ESTÁS LEYENDO
TEN REASONS FOR NOT LOVING YOU || PARK SUNGHOON
Fiksi PenggemarNo choco en las esquinas de los pasillos con chicos guapos con el físico de Christian Yu y con el rostro de Lee Jong Suk. No. Mi enemiga número uno no suele ser la animadora de sonrisa diabólica que se cree la Barbie del colegio con un sequito de...