“El mundo en el que vivimos es tan solo un sueño, y lo que soñamos por las noches es de hecho la vida real”
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Horas antes de lo sucedido.Sakura se coloca un labial y se mira al espejo satisfecha por su aspecto, hace mucho no sé sentía tan viva y hermosa, Naruto no la había tocado durante bastante tiempo según ella solo se limitaba a observar de lejos los movimientos de la pelirosa sin embargo, se cohibia por alguna extraña razón que ella desconocía.
olvidando lo sucedido comenzó a borrar las huellas que su hermano mayor había puesto sobre su cuerpo, como si eso fuese posible pensó en un suspiro mientras pasaba la esponja por su hermosa y delicada piel blanca.
Del solo hecho de pensar que aquel chico estaría ahí hacia que sus mejillas de ruborizaran, era la única persona que la hacía olvidar lo miserable que era su día a día, en la escuela o en su propio hogar no obstante, desde que su hermano casi lo mata a golpes no pudo volver a verle, y no porque no quisiese si no por la razón de que aquella chica que Sakura perfectamente sabía que tenía sentimientos por el joven se lo impidió;
gritándole en cara la poca vergüenza que tenía de pasarse por allí después de que el rubio dejara en estado tan deplorable a Sasori, casi al punto de vida y muerte.Que le gritase eso la rompió por completo tanto como para rogarle a la chica que ella cubriría los gatos médicos a como fuera lugar, cosa que la pelicastaña se negó rotundamente ofendida y asqueada por la poca dignidad de la chica con los ojos más triste que haya podido ver en su vida.
recordar lo sucedido la ponía tan melancólica porque ella jamás quiso hacerle daño, expresando sus sentimientos nuevamente volvió a salir aquel llanto difícil de ocultar en aquella vista cansada, hasta ella misma se preguntaba como había dejado que aquel pelinegro la salvará ese día, estaba tan seguro de que aquello pondría triste a Naruto, tanto que la idea le fascinó.
con un suspiro termino de colocarse rubor en las mejillas para salir del tocador oliendo a frutas tropicales; sonriendo satisfecha por lo que veía en aquel vidrio que reflejaba su juvenil rostro; Melena suelta hasta más abajo de su trasero redondo y bien formado, con un maquilla suave al mismo tiempo delicado, el cabello oliendo a shampoo de manzana verde (su favorito) lo último que iba hacer era colocarse su vestido blanco, aquel color que la favorece dandole aquel aire angelical que siempre debió tener, era corto en la parte delantera y largo en la cola para hacerla lucir como una princesa a punto de contraer matrimonio; eso mismo pensaba ansiada de obtener ese resultado ante las vista gordas de su clase, por primera vez no tendría porque avergonzarse de que tuviera un chupetón en su cuello como si fuese una puta u algun morento como una tipa problemática.
Al salir de cuclillas hacia el armario enorme de su habitación, abrió el mismo para sacar aquel vestido que estaba cuidadosamente guardado en el forro blanco que le habían dado en la tintorería para no dañarse , con una sonrisa dibujada en su rostro fue a coger aquel majestuoso traje de gala... con una sonrisa de alegría que rápidamente se borró al percarse de que aquel vestido no estaba en ningún lado de ese enorme armario.
Sus ojos se abrieron con sorpresa y sus manos temblaron al no encontrar la pieza por ningún lado, medito unos instantes para relajarse y buscar con calma, tuvo que haberlo guardado en alguna otra parte al no recordarlo ¿cierto?
Pero fue interrumpida por una voz masculina a su espalda.
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🫀Memorias de un obsesivo 🍸
أدب الهواة¿Te enamorarias de alguien por agradecimiento?, no, yo no lo llamaría así. De hecho él me salvó de aquel precipicio en el cual me hundí; con su sonrisa, sus ojos azules como el cielo. -¿Te acuerdas de mí? -mí corazón palpito con tanta fuerza que cre...