Londres, Inglaterra. 30 de enero, 2023
—Londres es igual de linda que tú.
Sonrío por inercia y tengo que silenciar mi micrófono por unos segundos para que él no escuche mi risa de emoción. Cuando lo activo de nuevo, lanzo un bufido largo y hablo:
—Eso me decís siempre vos, sos re chamuyero —digo en un intento de sonar calmada —. Yo soy más linda que Londres.
Joao suelta una risa nasal y estoy segura de que está sonriendo con malicia. Era la típica sonrisa que siempre ponía cuando estábamos solos, esa que tenía una pizca de burla pero también de condescendencia. Aunque siempre se asomaba un poquito de te quiero coger ya.
Qué lindas las cogidas después de esa sonrisita pedorra.
—No cambias el ego, ¿verdad?
—Cambiar mi ego sería cambiarme a mí.
Cuando digo esas palabras no puedo evitar sentir una presión en el pecho. No, no siempre fui egocéntrica ni mucho menos me veía con superioridad. Es una fachada, siempre fue una fachada. La Rafaela de Londres no era la misma Rafaela que se había ido de Argentina con diecisiete años con el peso encima de la culpa de un aborto espontáneo.
El ego que le mostraba tener en realidad era un escudo contra el sentimiento. Nada llenaba el vacío que me había quedado desde que dejé mi vida allá. Ni siquiera Joao, que cuando estábamos juntos amanecía todos los días en su casa después del mejor sexo de mi vida. Ni siquiera las llamadas que tenemos cuando los dos estamos libres. Nada.
Para mí quedaba solo en eso: Sexo.
—¿Rafa? —pestañeo un par de veces cuando escucho su voz y carraspeo.
—Perdóname, me re colgué de la nada...
Se queda callado un momento, tanto que dudo de si sigue en la llamada o no. Escucho su respiración y cómo se acomoda, asumo que está acostado y posiblemente mirando al techo pensando en algo.
—Te extraño.
Hago una mueca. ¿Extrañarme cómo? Yo también lo extrañaba, pero no podía... No quería.
—Bue, pasaron dos días nomás. —le tiro riéndome —¿Por qué? —pregunto, esquivando responderle de la misma manera.
—Te extraño Rafaela —repite, poniendo énfasis —, no hay un por qué. Te extraño a ti.
Respiro. Más bien, dejo de respirar. No sabía qué responderle, Joao me decía esas cosas a veces pero no las tomaba enserio. Cuando me las decía estábamos boludeando, haciendo alguna cosa, riéndonos.
Ahora el hijo de re mil puta estaba serio y yo no sabía qué decirle.
Obvio que lo extrañaba, había pasado todo este último tiempo con él y pese a todo lo que hacemos, siempre será mi amigo. Sin embargo, me negaba a algo más que eso y me daba bronca el hacerme la boba cuando captaba perfecto el doble sentido de sus palabras. No era un doble sentido sexual, era un doble sentido más sentimental.
—Yo igual —me sincero—. Posta me siento un poco sola acá sin vos hoy. Cuando despierte no voy a ver el póster de Cristiano Ronaldo que tenes en la puerta, para mí es lo único bueno.
Él se ríe un poco y hago una mueca, había sonado forzado. Igual no le digo nada, de última tendría que preguntarle al menos, pero me quedo callada. No quiero que piense que me estoy haciendo la cabeza por una risa no más. Tan loca no estaba.
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AFTER HOURS | Enzo Fernández.
Fiksi Penggemar¿Y cómo son los reencuentros después de tantos años odiándose? 📁!! 𝙖𝙧𝙜𝙚𝙣𝙩𝙞𝙣𝙖 / 𝙚𝙣𝙯𝙤 𝙛𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙚𝙯 ➤ fem reader. +18 ©mnitatriste