Jeon Jungkook se siente afortunado. Tiene una gran casa, dos hermosos hijos, uno de 5 años llamado Jaehyun y el menor de 2 años llamado Han, y está casado con un alfa estupendo y guapo que el hombre jura, ama tanto al omega, que haría hasta lo imposible para hacerlo feliz. Kim Taehyung es su nombre, es jefe de una empresa que él mismo formó desde joven y de la cual ha conseguido sus riquezas actuales. Es quien le compró la casa de sus sueños a Jungkook, remodelándola con todas las características que el omega ordenó. Desde los cuartos, los baños, la sala y la cocina (donde actualmente se encuentra el omega).
Aquella cocina es casi como su lugar seguro, es lo suficiente espaciosa y tiene una gran barra amplia donde puede preparar sus recetas, porque claro, una de las cosas que más apasionan a Jungkook es cocinar. Sabe preparar variedades de comidas y postres, y le genera una satisfacción enorme ver a su familia consumir lo que él mismo hizo de sus manos.
De hecho, en ese preciso momento, sus manos se mueven mientras limpia con un trapo la encimera que había estado utilizando algunos minutos atrás, cuando hacía una torta que estaba actualmente en el horno. Alzó su mirada de la zona que ahora está reluciente, hacia los ventanales que están justo enfrente de él. Desde donde puede observar la entrada de su casa, cubierta por pasto y rodeada por una cerca, lugar en el que se encuentran su esposo y sus hijos juando.
Su mirada viaja a su esposo, quien solo tiene una gorra que eleva su atractivo y unos pantaloncillos rojos que Jungkook lamenta a Dios por fijarse en ello, pero marcan un poco el contorno de su polla. No puede evitar relamerse los labios. Era seguro que Taehyung no se había dado cuenta y, por alguna razón, encuentra el descuido de su esposo, algo caliente.
El torso del alfa está al descubierto, con una simple cadena dorada en su cuello que trae el anillo de casados de la pareja. Su piel canela brilla en el sol por el sudor que baja de su cuello y nuca, cosa que enciende en Jungkook el deseo por lamer aquel sudor y enterrar su nariz en el cuello del alfa. Se encuentra casi seguro de que el aroma del hombre ahora está mucho más intensificado, sintiéndose el tabaco y la madera con más fuerza, y este simple pensamiento lohace jadear.
Golpea sus mejillas de forma suave, queriendo borrar esos pensamientos de su mente y, mejor, decide concentrarse en el rostro de su marido, quien trae una sonrisa divertida mientras atrapa con un guante la pelota que su hijo Jaehyun lanza hacia él. Están jugando béisbol, mientras que el pequeño Han se sienta a un lado de ellos y grita contando los puntos. Aunque en realidad no pronuncia bien las palabras, lo chicos actúan como si entendieran.
Jungkook no pudo no suspirar y sonreír ante esta imagen que se proyectaba frente a sus ojos; era simplemente adorable de ver. Su corazón se sintió cálido de inmediato, como si su familia lo abrazara con una delicadeza que era imposible, lo dañará.
Estaba feliz con su vida y no podía pedir más.
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Unos minutos más tarde, los ojos del omega no se alejaban de la torta que tenía en frente, su mente estaba enfocada por completo mientras sus manos sujetaban la manga pastelera, con la que estaba decorando la gran masa. Era tanta su concentración que no escuchó el sonido de la puerta siendo cerrada y los pasos fuertes de una persona entrando a su cocina.
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Desire ★ Taekook
FanfictionOne shot "¡Hyung, me estás ensuciando de tu sudor, suéltame!" se quejó. "Como si no te gustara estar ensuciado de mí y mi sudor" respondió el de piel canela, con un obvio doble sentido que Jungkook respondió rodando los ojos. "Me caes mal, ¿sabes?"...