Nankurunaisa - Pedri González

Capitulo 44. Debí de estar alerta.

Para un próximo capítulo:
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Esto lo hago porque necesito que Nankurunaisa crezca y tenga apoyo, tardo mucho en escribir los capítulos.

Pd: si ha llegado a los votos y no he publicado es porque no tengo el capítulo terminado pero siempre me esfuerzo para tenerlo al día!

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⚠️ ATENCIÓN: tema delicado, por favor no toméis de ejemplo nada de esto. ⚠️

(Incluye +🔞)

Pedri

—Tenía tantas ganas de verte.

—No me he ido tanto tiempo Grechy —dije acariciando el torso de su mano—

Subíamos en el ascensor a su casa, pues había ido a recogerla porque se había quedado a comer en casa de Brenda después de clases y ahora veníamos a echar la siesta.

—Joder pero quiero estar contigo a cada rato.

—Ahora una siesta llena de abrazos y mimos.

—Si que lo necesito mucho.

—¿Estás cansada hoy?

—A ver no, pero me gusta mucho estar en la cama contigo —reí—

—Y a mi también me gusta.

Salimos del ascensor y suelto su mano para que abra la puerta, entramos y es inevitable que me fije en su culo, desde el primer día me encantó.

—¿Que es esto? —dije al ver una carta en la mesita auxiliar del sofá—

—No sé, a ver...—cogió la carta y leí con ella a su lado sin entender— Es de Naila, es su letra.

Me fui con ganas de viaje, sin pagar el peaje, ascendí
Y en tu cara leo la pena, despeinada tu melena, no llores por mí
Era una niña buena, amiga de una docena, pero no feliz
Así que no me reces, no me reces que te veo venir

Te prometo que a mí presencia
Como testigo es mucho más fácil
Egoísmo se casó con cobardía y me pusieron fin
Afortunada con comida en la nevera
Se siente desgraciada, algo falla
Pero no estaba de humor, para averiguar
Me dejé llevar, me dejé llevar

No siento la humedad, ni el frío
Ni las ansias, ni el deshielo
Ni las ganas, ni la rabia, vuelo alto, soy silente
Soy ausente, soy aire, pero sigo aquí

Elevo mi cabeza del papel y me levantó del sofá.

—¿Donde está tu hermana Grecia? ¿Has entendido eso?

—No. ¿Que pasa? —se levantó al verme alterado— Hombre si están sus cosas estará durmiendo en su habitación.

Llevo mis manos a la cabeza teniendo un mal presentimiento cuando Grecia abre la habitación.

—Está durmiendo —dijo flojito para no despertarla—

Me acercó a la habitación y enciendo la luz, Naila está tumbada boca arriba con la ropa de calle incluso zapatillas.

—Despiértala.

—¿Por?

—¡Naila! —pegó un grito desde la puerta para comprobar mis sospechas y no responde—