Introducción...

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Todos conocemos la historia de cómo desapareció Gustabo Garcia.

Fue llevado a punta de pistola por el ex mecánico Armando Grúas desde el estacionamiento del casino hasta un pequeño muelle cerca del faro en el norte de Los Santos. Lo hizo poner de rodillas e hizo una cuenta regresiva de 10 hacia abajo para luego dispararle y así vengarse por haberlo traicionado hace años atrás.

Pero... Que paso realmente después de eso?

Jack Conway, padre de Gustabo y superintendente de esa ciudad encontró sangre de Armando y no del joven rubio. El microchip que la CIA había implantado en el menor detectaba signos vitales, o sea que seguía con vida.

Donde había ido? Quien lo tenía? Estaba realmente secuestrado o había usado esa oportunidad para escapar de esa isla?

Era época de vacaciones donde varios efectivos policiales habían aprovechado para irse por varias semanas, nadie notaría la ausencia del subcomisario. Incluso Gonzalo, compañero y mejor amigo del rubio había tenido que viajar por temas familiares.

Esa fue la oportunidad perfecta para llevar a cabo su plan. Ideado desde hacía meses, desde que vio al joven ojiazul nuevamente en la ciudad.
Su mente había imaginado diferentes situaciones en los que podría someter al menor contra su voluntad y tenerlo a su merced, porque eso era lo que en realidad quería, tenerlo aislado y solo para él. Por qué? Simple, se había enamorado de Gustabo desde el primer día, cuando fue junto a Conway a buscarlo al hospital,  cuando le enseñó la comisaría y le dijo como debía manejarse en servicio.
Al principio no quiso admitirlo, creía que solo era la necesidad de sacarle información para tratar de recuperar a su hijo. Pero el día que fue secuestrado para hacer un robo al banco de Paleto sintió tanta desesperación por perderlo que entendió que estaba enamorado de él.

Pero él no era un hombre de sentimientos, no demostraba cariño dando regalos o diciendo palabras bonitas, no sabía que era eso realmente. Él creía que debía ser suyo así el contrario no lo quisiera, lo amaba y tenía que tenerlo.
Así que empezó a trazar poco a poco su siniestro plan donde la única meta era  tener posesión de su ser amado. Él solía estar orgulloso de lograr obtener todo lo que se proponía y esta vez no sería diferente.

Las cosas mejoraron cuando su amigo de la infancia le pidió un favor, favor que cobraría a futuro no muy lejano.

Primer paso, obtener la confianza del menor y de su irritante amigo.
Eso no fue complicado, Isidoro era un idiota fácil de manipular y una vez que lo tuviera en la palma de su mano podría mover las fichas a su favor.

Las novatadas entre ellos hicieron que el rubio se suelte más con él al punto de hacer guerra de quien hacía más kills.
Eso hizo que su amor por el joven incrementera en gran manera. Su pasión por la sangre y la muerte lo atrajo aún más.
Era perfecto para él, ahora estaba totalmente seguro de eso.

Paso dos, lograr tener un vínculo con el rubio. La interacción entre ellos era caos puro, juntos siempre alguien terminaba gravemente herido. Eso lo exitaba de sobremanera, le encantaba ese aura de maldad que había cuando estaban juntos, ya sea patrullando o simplemente hablando en el parking de comisaría.

Las cosas fueron facilitadas el día que el subcomisario Noah Holiday abrió un bar para policías solo por pedido del menor. Y el rubio quiso compartir ese lugar con él, lo que lo lleno de felicidad. Que pensara en él antes que en su mejor amigo o incluso en su padre lo enorgullecio, al menor le gustaba su compañía, ya se lo había hecho saber en varias ocasiones.

Pero todo cambió el día de la inauguración del bar.
Gustabo en su sed de sangre le pidió que lo cubra para poder apuñalar gente en el baño y él en su mente perturbada por el amor ciego no solo lo cubrió sino incluso lo ayudó llevando a sus víctimas.
Disfruto ese día, no por la decadente música que había en el escenario donde subían a cantar personas sin sentido de la entonación o la afinación vocal, si no por poder apreciar desde primera fila el mar de víctimas que el rubio dejaba desparramadas por el suelo del baño.

Ese día él entendió que Gustabo sentia confianza plena para hacer lo que sea y eso le dio pie a trazar el final de su elaborado plan porque probablemente el rubio también sentía algo por él y por culpa de la CIA  Conway y el entorno en el que habitaban no podían estar juntos.

Su amor ciego no lo dejaba ver la realidad, que al final todo era una ilusión de su mente desquiciada y la necesidad de poseer lo imposible. Gustabo Garcia el hombre que todos deseaban y nadie podía tener, el que no tenía vínculos con nadie. El que poseía un alter capaz de incendiar la isla reduciéndola a cenizas. Un mentiroso y manipulador nato.
Realmente pensaba que su plan saldría bien?

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