El valle blanco.
Así es el nombre que se le daba al palacio del tercer príncipe, un lugar prohibido para los nobles promiscuos y codiciosos.
Nadie podía entrar ni salir sin el permiso de su majestad la reina.
Cada persona tenía que practicar el celibato para lograr entrar y servir al príncipe, sus requisitos tan exigentes ante una sociedad tan candente hacían creer que tenía al mayor tesoro del mundo.
No se sabía nada sobre el tercer príncipe, la reina era muy cautelosa con cualquier movimiento relacionado a él. En cambio sus hermanos eran muy populares en el mundo social, Rampo el segundo príncipe, alguien narcisista y hábil engañando con sus teatros sociales, y luego Kunikida el primer príncipe, un líder por naturaleza y amable con su gente, el rey ideal, claro, eso sin saber de sus problemas de perfección.
— Te ves emocionado, Akutagawa —
— ¿Eh? ¿Emocionado? —
— Solo relájate, si nos detienen en la entrada del palacio por tu cara de pervertido, será tu culpa — el mayor omitiría el hecho de la pequeña sonrisa que tenía el menor.
— ...Bien — tenía razón, estaba fascinado por el aire de misterio que emanaba toda la situación, se preguntaba qué clase de persona sería el príncipe para que hasta el mínimo pensamiento de él fuera un pecado.
Desde que tiene memoria el príncipe fue el tema de los nobles, no había fiesta o reunión en la que el pequeño príncipe no fuera mencionado, parecían nunca cansarse y ahora menos cuando su mayoría de edad estaba a la vuelta de la esquina.
— ¡Akutagawa! Dios se apiade, ¿Me estás escuchando? — le preguntó el otro mientras inspeccionaba por tercera vez a su persona, estaba algo cansado ¿El tiempo pasaba tan rápido?.
— Lo siento —
— ¿Quieres disimular? Estamos apunto de entrar y debemos tener cuidado, en especial con tantos caballeros — le advirtió el pelirrojo irritado.
Debía estar tranquilo, al llegar al terreno del tercer príncipe fueron escoltados por caballeros de la reina. Era demasiado sospechoso.
— Seré más cuidadoso — tantos caballeros los mantenían con la guardia alta, no sabía si eran mandados por la reina o el príncipe.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar como las puertas de la entrada del palacio se abrían, era majestuoso, se sentía como si se estuviera entrando en tierras prohibidas que sólo dios podía pisar. Le picaba la mano por mover la cortina del carruaje y ver el exterior, pero sabía que si lo hacía solo levantaría más sospechas del por que está ahí, y Chuya terminaría matándolo del coraje.
Estaba ansioso, iban ahí por una propuesta de matrimonio que el pequeño príncipe le envió.
Recibir esa carta fue una gran sorpresa, el pequeño príncipe queriendo casarse con el "perro negro del rey", pensó que era una estrategia de la reina para proteger al príncipe, pero después de intercambiar correspondencia con este, decidió confiar en la palabra del príncipe e ir a hablar con mas formalidad.
— Llegamos — la voz de su compañero lo sacó de sus pensamientos.
Chuya estaba ahí para ser testigo y mediador de la conversación del compromiso, sería de gran ayuda.
— ¿Nervioso? No te preocupes Akutagawa, lo dejarás suspirando por tu amor — le dijo el pelirrojo con una sonrisa burlona y carismática.
— Solo es curiosidad — le respondió ignorando lo último, le parecía sorprendente como cambiaba tanto de actitud.

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Cuenta la leyenda... //Shin soukoku, Soukoku//
FanfictionEl mundo siempre esta repleto de leyendas, historias y cuentos. Desde un gran héroe salvando a su princesa, hasta un aventurero buscando su propia historia. Incluso tu debes de conocer alguna. Leyendas y cuentos que sin saberlo, nos llenan el coraz...