El amor estan poderoso y tan fuerte que nadie podria romperlo... mucho menos i un yandere esta enamorado...
Serial Designation N se encuentra con una chica de cabellos violetas, quedando cautivado por su belleza que haria cualquier cosa por ella...♡
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Nosotros somos Murder Drones, robots diseñados para exterminar a otra especie de drones llamados "Worker Drones", creados por nuestra compañía matriz "JC Jenson, en el espacio".
La verdad es que nunca me ha gustado este trabajo. Tener que matar y asesinar a seres inocentes es algo que me repugna. Lo hago solo para sobrevivir y, en parte, por un extraño placer que encuentro en ello. No entiendo por qué, pero hay algo en verlos sufrir, en escuchar sus gritos de dolor y sus súplicas por sus vidas y las de sus familias, que me produce una sensación de satisfacción. Sé que suena retorcido, pero es una parte de mí que no puedo negar...
Un dron inútil, eso es lo que soy. Solo sirvo como un peluche al que cualquiera puede manipular a su antojo, al menos eso dice mi jefa, J. Ella es insoportable, y me cuesta entender cómo alguien tan cruel y desalmada fue elegida para liderarnos.
Afortunadamente, no estoy completamente solo. Tengo una compañera llamada V. Comparada con J, V es mucho más llevadera. La observo mientras desmantela a sus víctimas con una tranquilidad perturbadora. Ni siquiera me conoce bien, lo que me deja más tiempo a solas con mis pensamientos.
Ahora que lo pienso... creo que no nos hemos presentado formalmente. ¿Verdad, lector?
Soy Serial Designation N. Sí, ya sé que probablemente ya lo sabías, pero aún así es descortés no presentarme adecuadamente. Es algo que siempre hago con mis víctimas antes de acabar con ellas...
Y si no es demasiado pedir, me gustaría saber tu nombre también...
Pero, en fin, ¿qué puedo decirte?
Hoy he asesinado a cinco drones.
Volveré a la historia, que es la razón por la que estás aquí...
...
Desde la distancia, observaba una flor invernal. Era la primera vez que veía una flor en mi vida. Su color violeta intenso era simplemente hermoso...
Pero, por alguna razón, cuanto más la observaba, más vacío me sentía. Como si tuviera un agujero profundo en mi pecho que se hacía más y más grande con cada segundo que pasaba. El dolor era insoportable. Sentía que me faltaba algo, algo crucial, pero no sabía qué era.
No aguanté más. Extendí mis alas y salí volando, tratando de escapar de ese dolor constante que no se iba. Me dirigí al módulo de aterrizaje, donde siempre me sentía un poco más tranquilo. Allí, miré la cabeza de un Worker Drone muerto, y sin pensarlo, la destrocé con mi mano como si fuera de papel...
