Amor Fraternal

Acto I

Escena Única

Pasillo o corredor de lo que parece ser una casa grande. Del lado izquierdo hay una puerta cerrada y del lado derecho una banca antigua muy bien conservada con cojines bordados donde se encuentra sentado MATEO quien esta claramente ansioso. A los lados del asiento hay dos macetas con plantas muy bien cuidadas.

De la puerta sale ALEJANDRA. MATEO se levanta por impulso.

ALEJANDRA
¡Uy! Qué susto me diste.

MATEO
(casi susurrado)
¿Qué hacés acá?

ALEJANDRA
Pues estaba en el baño...

MATEO
¡No estés jugando, Ale, sabés a que me refiero!

ALEJANDRA
No tengo que darte ninguna explicación...

ALEJANDRA pasa junto a él. MATEO la toma del brazo y la gira.

MATEO
Claro que sí.

ALEJANDRA
(Se suelta)
¡Claro que no! Es mejor que lo dejés así.

Falso mutis de ALEJANDRA.

MATEO
¿Te estás vengando, cierto?

ALEJANDRA
¿En serio sos tan narcisista y egocéntrico? Mi mundo no gira a tu alrededor...

MATEO
Pues pareciera que sí.

ALEJANDRA
Antes quizá, pero ahora no, así que quédate tranquilo.

MATEO
¿Cómo querés que me quede tranquilo después de esto? No entiendo ¿cómo podés estar como si nada?

ALEJANDRA
Al inicio no estaba así... Me tomó mucho tiempo procesar lo que estaba pasando. Pero el tiempo me enseñó que no te debo nada, así que no tengo porque sentirme mal.

MATEO
¿Te parece normal esto?

ALEJANDRA
(Ríe sarcasticamente)
¿Desde cuando lo que sucede entre nosotros en normal, Mateo? Dejame pensarlo unos segundos... Ah sí, nunca.

MATEO
No digas eso, sabés que no es cierto.

ALEJANDRA
Lo nuestro jamás debió ser. Estuvo mal desde el inicio... Tú lo sabés más que nadie.

MATEO
Estás siendo injusta...

ALEJANDRA
(Indignada)
¿¡Injusta!? ¡¿Me estás hablando en serio?!

MATEO
Bajá la voz, que nos pueden oír...

ALEJANDRA
¡No puedo creer que seas tan cínico, por Dios!

MATEO
Ale, por favor...

ALEJANDRA
Tú fuiste el que jamás, quizo hacer lo nuestro oficial. El que siempre me mantuvo entre las sombras... Y ahora tenés el descaro... ¡No, la desfachatez, de venir a decirme que estoy siendo injusta! ¿No te da vergüenza?

MATEO
Es más complicado que eso...

ALEJANDRA
Tú lo complicaste.. Y yo por estúpida lo permití. Te creí. Todas y cada una de tus mentiras me las tragué completitas. Cómo niño en navidad creyendo que existe Santa Claus... Me la pasé ilusionada un año... Un maldito año siendo el cuerno, Mateo... Esperándote, esperando a que la dejaras, que me dieras mi lugar. Jamás lo hiciste, ni siquiera pensaste en hacerlo...

MATEO
Claro que sí lo pensé, varias veces lo intenté. Pero cada vez que lo hacía, Irene...

ALEJANDRA
¡Ya, ya! No tenés que repetir la historia, me la sé a la perfección. Conozco de memoria cada linea de esa obra teatral. Siempre había una excusa...