Capítulo 14

43 2 3
                                    

Capítulo 14 - El último día en que te vi, Daniel.

—¡No quiero irme a Estados Unidos! —les reclamé por primera vez en mi vida. 

Rápidamente mis padres me miraron en shock, nunca me negué o quejé por alguna decisión que ellos habían decidido para mí.

¡Estaba bien ahora! ¿Por qué deben venir y arruinarlo todo?

—Tú no decides sobre qué cosas hacer, Matteo. —reclamó mi padre enfadado. —Ya está decidido, te vas en 4 días. —añadió.

Este era mi limite. Hoy les diré todo.

—¿¡Por qué tengo que vivir la vida que ustedes quieren que viva!? —les grité, por primera vez en mi vida. —¡Estoy cansado de ustedes! ¡No soy su marioneta! —añadí, con furia y lágrimas en mis ojos.

Y fue la primera vez que Padre me golpeó. Me dio una cachetada.

Después de levantar mi mirada lo miré con decepción, furia y pena. Pero no estaba sorprendido. No dije nada, solo lo observé bien a los ojos. Miré a Madre, quién estaba al lado mirando mientras se tapaba la boca con sus dos manos, con una cara de lástima, pero sin decir nada tampoco.

Me fui a mi habitación, allí solamente me largué a llorar.

Al día siguiente, me dije a mi mismo que trataría de no pensar en esto, porque algo más ocupaba mi prioridad ahora mismo, que en realidad no es algo, es alguien.

Daniel.

Necesitaba arreglar las cosas con él, no podría irme de acá hasta hablar las cosas con él y dejarle en claro todo, no quiero que piense que estoy con alguien, cuándo solamente quiero estar con él.

De solo pensar en que tal vez esté triste por lo de ayer me rompe el corazón tres mil veces más que cualquier otra situación, sobre todo después de haberlo visto así por última vez en el bus ayer.

Al llegar a la escuela comencé a buscarlo por todas partes, pero no lo encontré. Cuando el timbre sonó para entrar a nuestras salas de clase, corrí rápidamente para ver si podía encontrarlo allí. Pero nada. Esperé un rato y la clase comenzó, me di cuenta que no había venido hoy.

El día pasó sin novedad alguna. Mañana le diré todo sí.

Pero me duele, porque fue un día menos sin ver a Daniel antes de mi vuelo.

Al día siguiente volví a clases y nada. Daniel no vino hoy tampoco.

Un día más sin ver a Daniel.

Al día siguiente, al entrar al salón me di cuenta que Daniel había vuelto. Quería hablarle, pero las clases ya habían comenzado y él se veía sumamente concentrado en esta. Le hablaré cuándo comience el primer receso.

Cuando comenzó el primer receso, Daniel estaba por salir de la sala y le detuve el brazo. 

Lo miré con miedo de que me rechazara, pero estaba decidido a explicarle todo lo que pasó. Le dije —Necesito hablar contigo, Daniel. —con un tono frío. 

Sin yo mismo darme cuenta de la forma en que lo había dicho. Qué tonto soy, espero que no piense que estoy enojado con él o algo así.

Él me respondió luego de pensarlo un momento —Bueno. —con un tono frío también.

Es lo justo, después de haberlo dicho cómo lo dije.

Salimos de la sala y Daniel parecía que buscaba a alguien con la mirada afuera, después de darme cuenta él le hizo unas señas a sus amigos que estaban más atrás del pasillo. Comencé a caminar hacia otro pasillo en dónde no había personas, para poder hablar tranquilamente. 

adiós, mi ángel. (en hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora