El hombre, bueno, gentil y acomedido, preocupado por su mujer y la hija que aquella llevaba adentro corría llevándola de la mano. Miraba hacia atrás, desesperado, tratando de escapar de los esbirros que su inflexible madre había enviado tras ellos. Mirabel, su amada sobrina, por la que había transgredido las normas morales y sociales, a quien amaba más que a nadie, con quien se había comprometido en cuerpo y alma para cuidara y respetarla por el resto de su vida, resollaba sin cesar, trotando lo más rápido que podía, con el embarazo a cuestas y la ilusión protegida en el pecho como quien lleva con celo una llama en medio de la tormenta.
_ ¡Ya casi llegamos, mi amor! ¡Todo estará bien, te lo prometo! ¡Nadie va hacerte daño, ni a ti ni a nuestra bebé!
_ ¡Quiero que también estés a salvo, mi vida!
_ Estaré a salvo también, seremos felices, esforzados, pero felices...
_ ¿Porque estamos juntos?
_ Y porque nos amamos de verdad, mi vida. Te lo prome....
_¡Bruno! ¡Cuidado!
Alma los esperaba en la oscuridad. Todo había sido un engaño. Azuzados por sus secuaces, la vieja los había arrinconado contra un desesperanzador lugar conocido muy bien por todos los villanos de los cuentos: el horrendo pozo de la realidad. Apareció siniestra y manipuladora, con una sonrisa despiadada que servía de emblema a las terribles palabras que aventó sobre la cara de su hijo y su nieta.
_ Aquellos que desafían mi voluntad, no tienen derecho a seguir gozando de las maravillas de nuestro mundo ficticio. Caerán por este agujero como castigo. ¡Adiós a Fantasía! Irán a un sitio en donde se convertirán en lo único que pueden ser una vez que hayan pisado ese mundo. En lo único que objetivamente puede existir allá. Tendrán un vago recuerdo de lo que fueron aquí, pero lo sentirán como un deseo, como un ideal inalcanzable que sólo les servirá para vivir encandilados en el "Ojalá" y sufriendo constantemente en el "Ahora". _ Y cuando hubo terminado su sortilegio maligno, los desprevenidos Bruno y Mirabel fueron arrojados en talacha por los sicarios de Alma.
Cuando aparecieron en el otro lado, pensaron que estaban en el mismo lugar. Era un sitio prácticamente idéntico al valle de donde venían: no había magia ni dones, eran más gordos y feos, pero se sintieron dichosos porque se tenían el uno al otro y, como venían creyendo hasta entonces, sólo necesitaban su amor.
Tenían hambre, pero con esfuerzo consiguieron de comer, tenían sueño, pero descansaban y recuperaban fuerzas. Normal. O eso creyeron hasta que notaron que no eran iguales. Que entre ellos crecieron los juegos de poder; Bruno creía amarla y se dio cuenta de que estaba infatuado. Un día comenzó a serle infiel y no le pareció gran cosa. Además, no la veía hermosa una vez que tuvo a sus hijos y se puso voluminosa. No podía dejarla porque para él era posesión y propiedad. Y se supo superior según el mundo.
Mirabel notó que había sido manipulada. Su tío era un hombre veintidós años mayor que la había hecho caer con un chasquido de dedos entre sus redes. La había llenado de hijos y ahora no paraba en casa. Ella se la vivía cansada, cuidando de los críos, haciendo de comer, atosigada y pegajosa, a veces sin poder bañarse siquiera. El cabello se le caía y sólo tenía tres blusas que remendaba y remendaba porque él, que salía a trabajar, necesitaba lo mejor; tenía que ahorrar para el bien de todos. Celosa a pesar de que ya había caído en cuenta de que no lo amaba, despotricaba contra las otras mujeres que se llevaban la atención del hombre con el que se había quedado. Nunca tenía nada para ella, ni tiempo, y mentía a todos diciendo que así estaba buena. A veces soñaba con una vida lejos de aquel hombre y su descendencia, pero sólo era para sentirse de inmediato culpable porque "una mujer se debía sus hijos".
Además, a veces ella no quería intimidad y él la forzaba "sin forzarla". Con la excusa de que en realidad la estaba convenciendo.
Quisieron cambiar, ser diferentes, pero se dieron cuenta de que la socialización y la cultura los determinaba. Que luego de años de luchar, la realidad política los condenaba a ser lo que eran y las condiciones neurológicas los jodían. Descubrieron que las estadísticas son verdaderas y que las personas son estadísticas que sólo varían en diminutos aspectos de su personalidad y conducta; aspectos que no son suficientes para convertirlos en las versiones ideales de sí mismos.
En sueños, ambos recordaban muy de vez en cuando de que venían de un mundo en que las fantasías que los habían unido eran La Verdad. Y lloraban. No como éste, el mundo real en el que como decía aquella vieja bruja "no existe el vivieron felices para siempre".
*****
"¡Simbaa! ¿Qué has hecho!!!?"
Perdón a mis amantes de la poesía, la ficción y el mirabruno. Hice esto a modo de disclaimer para que no se nos olvide que la vida real en un asco y que una relación como la de nuestros adorados Bruno y Mirabel no es posible en la vida real sin que existan horrorosos juegos de poder y miseria. Que linda noche o lindo día, mis condenadillos compañerillos de este mundillo de mierdilla. Illoooos.
Por cierto, creí que nunca tendría que usar esa horrible imagen (horrible no por el dibujo en sí, mis respetos para le dibujante "Yukita", horrible pro el tema, quiero decir.) Pero justo me parece que ejemplifica con crudeza la realidad de lo que pasaría en un caso como estos.
Sí! Es desquite contra mí misma! A ver si así se me quita lo fatua y dejo de escribir cosas que romanizan lo malo!
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El Mirabruno cae por el pozo interdimencional de "Encantada"
FanfictionBruno y Mirabel en el horrible mundo real. Si amas el Mirabruno y te gusta que sea bonito, no leas esto. ___ ___ | . | 0