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𝐬𝐞𝐫𝐢𝐞: maxton hall 𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: ninguna
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Desde pequeña, te habían preparado para un futuro que parecía estar ya decidido. Tú, la hija de una familia adinerada y respetada en el mundo de los negocios, estabas destinada a casarte con James Beaufort, el heredero de otra poderosa familia. Era un matrimonio convenido, diseñado para fortalecer alianzas y asegurar el éxito de ambos imperios empresariales.
— James, permíteme presentarte a ____ — dijo tu padre con una sonrisa forzada, mientras te empujaba hacia él en una elegante recepción.
James te miró con desdén apenas disimulado, claramente resentido por la presión que ambos estaban soportando.
—Encantado — murmuró James, ofreciéndote una mano fríamente.
— El placer es mío — respondiste con voz firme, tratando de ocultar tu incomodidad.
Los primeros meses de tu "relación" fueron un desafío constante. James y tú apenas cruzaban palabras más allá de las formalidades requeridas en eventos y cenas familiares. Él parecía siempre distante y reservado, mientras que tú te esforzabas por cumplir con las expectativas impuestas por tu familia.
— No entiendo por qué debemos fingir todo esto — te quejaste un día en privado con James, después de una reunión tensa.
— Somos solo marionetas en un juego de poder más grande, ____ — respondió él con amargura, pero sus ojos mostraban una chispa de frustración genuina.
A medida que el tiempo pasaba, empezaste a ver a James bajo una luz diferente. Descubriste su dedicación a su trabajo, su habilidad para tomar decisiones difíciles y su deseo genuino de hacer lo correcto por su familia, aunque eso significara sacrificios personales.
—Nunca pensé que tendríamos algo en común — confesó James una noche mientras compartían una copa de vino en la terraza.
— Ni yo tampoco, pero supongo que las circunstancias nos han unido de una manera inesperada — respondiste, sorprendida por la vulnerabilidad en su voz.
Con el tiempo, la hostilidad inicial entre ambos se transformó en una complicidad silenciosa. Comenzaron a confiarse secretos y preocupaciones que no compartían con nadie más. Descubrieron que compartían intereses comunes y aspiraciones similares más allá de las obligaciones familiares.
—¿Alguna vez has deseado tomar las riendas de tu propio destino? — preguntaste a James un día mientras caminaban juntos por los jardines de su mansión.
— Todo el tiempo, pero a veces parece que no tengo elección — susurró él, mirándote con intensidad.
Las palabras de James resonaron en el aire nocturno, cargadas de sinceridad y determinación. Te miró fijamente a los ojos, como si quisiera asegurarse de que entendieras la seriedad de su compromiso.
— Es un camino difícil, James. Nuestras familias tienen expectativas altas y compromisos establecidos desde hace mucho tiempo — murmuraste, sintiendo un nudo en la garganta por la incertidumbre del futuro.
James suspiró y acarició tu mano suavemente con el pulgar.
— Lo sé, pero no podemos vivir nuestras vidas en función de lo que otros esperan de nosotros. Tenemos que ser valientes y seguir nuestros corazones — dijo con voz firme, pero con un matiz de vulnerabilidad.
Te quedaste en silencio por un momento, reflexionando sobre las palabras de James. Sabías que tenía razón, pero el miedo al rechazo y a decepcionar a vuestras familias pesaba sobre tus hombros.
— ¿Y si no podemos hacerlo? ¿Y si esto nos separa de nuestras familias para siempre? — preguntaste, sintiendo un nudo en la garganta.
James te miró con comprensión, su expresión suavizándose mientras apretaba tu mano con más fuerza.
— Si nos tenemos el uno al otro, podemos superar cualquier cosa. No importa lo que suceda, estaremos juntos en esto — dijo con determinación, mirándote con los ojos llenos de esperanza.
Su confianza te reconfortó y te dio la fuerza para enfrentar lo que sea que el futuro pudiera traer.
Impulsados por el momento de cercanía y la complicidad compartida, James se acercó lentamente hacia ti. Tomando tu rostro entre sus manos con suavidad, rozó sus labios con los tuyos en un beso tierno pero lleno de significado.
El mundo pareció detenerse por un instante mientras ambos se perdían en el calor del beso, compartiendo un momento íntimo que sellaba su compromiso el uno con el otro y con el camino que habían elegido juntos.
Cuando finalmente se separaron, James te miró con amor y devoción, una sonrisa jugando en sus labios.
— Estoy listo para enfrentar cualquier desafío contigo a mi lado — dijo con sinceridad
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