EL CONSUELO DE LA LUNA.

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Era una noche oscura y silenciosa, la luna brillaba en lo alto del cielo iluminando su camino. Carlos caminaba con paso lento y pesado, el dolor de la pérdida de su fiel compañero, su perro Max, lo consumía por dentro.

Max había sido su amigo más leal durante años, siempre a su lado en las buenas y en las malas. Pero ahora, su ausencia dejaba un vacío insoportable en el corazón de Carlos. Buscaba consuelo en la luz plateada de la luna, en esa conexión mística que sentía con su presencia en el cielo.

Se detuvo en un claro del bosque, se sentó en el suelo y dejó que las lágrimas rodaran por su mejilla. Miró hacia arriba y se perdió en la inmensidad de la luna, sintiendo su presencia reconfortante.

Entonces, algo inesperado sucedió. La luna comenzó a brillar con mayor intensidad, emitiendo una luz cálida y reconfortante que envolvía a Carlos en un abrazo invisible. Sintió una paz profunda invadir su corazón, un consuelo que solo la luna podía brindarle.

En ese momento, una ráfaga de viento susurró en sus oídos, como si fuera la voz de Max diciéndole que siempre estaría con él, en cada rayo de luz de la luna, en cada susurro del viento, en cada latido de su corazón.

Carlos se secó las lágrimas, envuelto en la luz de la luna y el amor eterno de su querido amigo peludo. Sabía que nunca estaría solo, que Max seguía a su lado, guiándolo en la oscuridad de la noche, iluminando su camino con su amor incondicional. Y así, encontró el consuelo que tanto anhelaba en el brillo eterno de la luna.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2024 ⏰

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