Amarte ¿está bien?

Capitulo 1

Hola, un gusto poder compartir con ustedes esta alocada idea que fue tomando forma poco a poco mientras una personita leía con toda la disposición del mundo mi emoción por esta pareja, si no fuera por ti querida Luna de Acero la verdad, dudo mucho haberle dado cuerpo a todas las ideas sueltas de esta historia y mucho menos el pensar en publicarla.

Disclaimer: Los personajes pertenecen al grandísimo hijo de su queridísima  madre Akutami Gege, creador ó creadora de Jujutsu Kaisen (que de hecho no puedo odiar porque nos ha entregado grandes momentos pero si mucho sufrimiento) por lo que, esta historia se basa más en el canon de la misma con algunas modificaciones como: la edad de Itadori y sus amigos están en los 17 años, ¿por qué se preguntarán? Sencillo, Gojo sigue con sus 28 años apegados al manga y no quiero que sea tan bizarro en cuanto a edades y tilden de inadecuado o pedofilia como tal, 15 y 28 sí, es mucha diferencia y claramente es para que se nos pueda dar en este caso; GoYuu que es nuestra principal pareja de este ¿short fic? :v ni siquiera manejo los términos de estas escrituras porque yo no soy de escribir sino más bien, leer.

Advertencias: Lenguaje inadecuado, contenido R–18, romance moderado, comedia romántica, situaciones incómodas, un adulto poco responsable por lo que desde ya menciono, no es un ejemplo a seguir.

Sin más que agregar, disfruten la lectura, acepto todo tipo de críticas puesto que son libres de opinar debido a que esto es público, además, es mi primera escritura.

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"Porque sin buscarte, ando encontrándote por todos lados,
especialmente cuando cierro los ojos"

(Julio Cotázar)

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—¿Sabes Megumin? Últimamente te he visto muy amargado —era ya normal en su profesor hablarle con tal confianza como apodo—. Meeeeeegumin~ no hagas como si no me hubieras escuchado, es feo no responderle a tu profesor favorito, feo, feo.

"Aquí vamos de nuevo", pensó con ligera molestia, en primer lugar, él estaba tranquilo en su habitación recostado en su cama, leyendo un manga de acción que Itadori le había prestado. No es que fuera su afición ese tipo de libros, pero era mejor excusarse con una sana lectura en vez de acompañar a su amigo a los exhaustivos entrenamientos que solía mantener con ese gigante albino, poco narcisista, que ingresó como Pedro por su casa sin pedir permiso alguno tomando la silla frente suya y sentándose como el adulto que no era, prácticamente desparramado en el asiento, aunque bueno, se entendía en parte por su altura.

—Esas son ideas suyas sensei. ¿Qué sucede ahora?

—Me estas evitando, Megumi —su tono era serio, ya no había ese tono juguetón tipo burla en él, de modo que se vio forzado a sentarse dejando el manga de lado y darle cara, ya no podía seguir dilatando la situación y más cuando el mismo Satoru Gojo fue en persona—. No creas que no me he dado cuenta.

—Ya que quiso tocar el tema...

—Claro que si —interrumpió con una sonrisa burlona, orgulloso de haberse percatado de ello—, tienes la costumbre o mejor dicho la mala costumbre de guardarte todo, Megumi.

—Bien, si somos sinceros —al tomar aire para soltar lo que venía pensando desde hace un par de semanas antes de arrepentirse—, Itadori es de mi edad, usted es mi profesor justo como mencionó, además de mi tutor. —nuevamente esa sonrisa desapareció del rostro contrario al notar que el chico tocaba un tema al parecer complicado—. No tendría por qué estar interesado en él, sensei. Es un menor de edad.