¡¡CONTINUACIÓN!!
—La verdad es que los gatos son adorables, pero ¡muy traviesos! —respondió ____ con una sonrisa, mientras acariciaba al pequeño gato que se había acercado a su mesa.
—Sí, eso es lo que más me preocupa, que terminen destrozando la casa —dijo Wakabayashi, mirándolo con complicidad.
—Pero también son excelentes compañeros, y no requieren tanto cuidado como los perros —agregó Schneider, tratando de defender a los felinos.
—Claro, pero con tus habilidades para cuidar mascotas, seguro que terminarías con un gato que solo quiere jugar a la guerra —bromeó ____.
—¡Oye! No soy tan malo, solo necesito un poco de práctica —protestó Schneider, levantando las manos en señal de rendición.
—Sí, y quizás también un curso de cuidado de gatos —se rió Wakabayashi, disfrutando de la conversación.
Después de un rato, mientras el ambiente se llenaba de risas y anécdotas sobre mascotas y entrenamientos pasados, ____ se volvió más seria...
—A veces me pregunto... ¿qué pasará con el equipo cuando todos empecemos a seguir nuestros propios caminos? —dijo con nostalgia.
—Es inevitable, pero siempre quedarán los recuerdos —contestó Wakabayashi, mirándola con empatía.
—Sí, aunque sería genial poder mantenernos unidos —dijo ella, con un leve suspiro.
—Lo lograrán. La amistad es más fuerte que la distancia —aseguró Schneider, intentando infundirle optimismo.
—Tienes razón. Además, siempre podemos hacer reuniones y recordar viejos tiempos —sugirió ____.
—¡Exacto! Prometido. Cada vez que volvamos a vernos, ¡haremos una gran fiesta! —exclamó Wakabayashi, levantando su vaso en un brindis.
Los tres se unieron al brindis, llenos de risas y esperanzas por el futuro. Justo en ese momento, el gato decidió saltar a la mesa, derribando algunos platos. Todos se quedaron en silencio por un segundo, y luego estallaron en carcajadas.
—¡Mira lo que hiciste! —gritó ____ entre risas, tratando de atrapar al gato que ahora se había vuelto el centro de atención.
—Creo que él también quiere ser parte de nuestra historia —dijo Schneider, mientras intentaba atrapar al travieso felino.
La noche continuó llena de anécdotas, risas y la promesa de mantener su amistad a pesar de lo que el futuro les deparara...
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